En la mañana de ayer se celebró la audiencia previa por la denuncia que efectuó el promotor Vicente Calderón contra los propietarios de una parcela rústica en Tahíche, quiénes recientemente derribaron con una pala mecánica las vallas de seguridad de la primera fase de las obras para la construcción de un complejo de 30 viviendas adosadas y con piscina, que estaba previsto ejecutarse junto a los terrenos de Avícola Morales. Durante la sesión, las dos partes en litigio detallaron las pruebas, los testigos y los peritos que presentarán durante la celebración del juicio, que quedó fijado para el próximo día dos de diciembre.
Amojonamiento
Hay que recordar que la parte demandante asegura, que tras contar con el visto bueno del Ayuntamiento y con la licencia de construcción en mano rubricada el pasado mes de agosto por el propio Consistorio de Teguise, los vecinos se tomaron la justicia por su mano al torpedear el normal desarrollo de las obras.
Por tal motivo, les denunciaron ante el Juzgado Número 6 por amojonamiento (acto de señalar con mojones los linderos o límites de una finca o heredad, basado en los artículos 484 y siguiente del C.C.), y deslinde (delimitación de los linderos de una finca o heredad con determinación y señalización de los mismos).
Por otro lado, interpusieron la correspondiente querella por daños y perjuicios ante el Juzgado Número 5 de la capital lanzaroteña.
Servicio de seguridad privada
Los representantes de la empresa promotora dicen no entender la actitud de estos vecinos al derribar las vallas de seguridad de las obras, y advierten de que con este tipo de acciones no conseguirán sino retrasar los trabajos. La empresa promotora ha contratado un servicio de seguridad privada y tanto Guardia Civil como Policía Local están alertados por si se produjera un nuevo intento de derribo, e incluso el Ayuntamiento de Teguise está al tanto del asunto, aunque según confirmó en el día de ayer a esta redacción fuentes de la propia promotora, no se han vuelto a producir más incidentes.
Los 4.000 metros cuadrados situados en el cruce de Tahíche que, aproximadamente, separan la granja de la parcela rústica, han sido pasto de más de un pleito y de una gran polémica durante los últimos años.
Asimismo, según esgrimieron representantes de la propia empresa constructora, estos residentes se basan en pobres argumentos para demostrar que la tierra les pertenece. "Tres personas que vinieron reclamando que una parte de estos terrenos era suya porque su abuelo lo había medido con pasos hacía cincuenta años".
Está previsto que la zona acoja un total de 30 viviendas cuando finalicen las obras, pero de momento tan sólo se ha iniciado la primera fase de los trabajos, que contempla 6 viviendas a edificar de inmediato en la zona donde no se ha producido litigio alguno, mientras que las otras dos unidades están pendientes del final en los tribunales.
Los vecinos consideran que se está cometiendo una ilegalidad
Por su parte, los vecinos se mantienen firmes y siguen denunciando las supuestas irregularidades cometidas por la obra, la cual no se habría ceñido a la extensión inicial de la misma y habría invadido las propiedades adyacentes. Además, los habitantes de la zona advierten que la construcción ha penetrado en terrenos catalogados como rústicos, en los cuáles la ley prohíbe actuaciones de este tipo.
Los residentes señalan que han visto impotentes como las palas han comenzado a trabajar en sus pertenencias, e incluso denuncian el derribo, sin previo aviso, del cuarto de una vecina, que afortunadamente no se encontraba en su interior en ese momento. Los habitantes de la zona cifran en más de 800 metros cuadrados el desfase cometido por la obra, que en un principio se había adueñado indebidamente de más de 2.000 metros cuadrados, aunque las quejas de los vecinos al empresario hicieron que éste acotara un poco la construcción.
Lindes de los terrenos
"En un principio se había apropiado indebidamente de una extensión superior a los 2.000 metros cuadrados, aunque nos quejamos y accedió a recortar la superficie argumentando que se había tratado de un error de los operarios de las palas, que habían medido mal el terreno", relató uno de los vecinos próximos al solar. Finalmente, algunos testigos aseguran haber visto como los obreros borraban los lindes de los terrenos y ocupaban más espacio del que les correspondía.
