Una lanzaroteña dirige el hospital de Lanzarote Help en Ebomé

De Tías a Camerún

Su nombre es Cristina Arribe Moule. De 28 años, lanzaroteña, de Tías, el destino la ha llevado a Camerún. Estudió Filología Inglesa y Traducción, pero pronto supo que su camino estaba en ayudar a los ...

21 de marzo de 2010 (00:34 CET)
De Tías a Camerún
De Tías a Camerún

Su nombre es Cristina Arribe Moule. De 28 años, lanzaroteña, de Tías, el destino la ha llevado a Camerún. Estudió Filología Inglesa y Traducción, pero pronto supo que su camino estaba en ayudar a los demás. Por ello, tras haber hecho voluntariado en algunas organizaciones, decidió hacer un Máster en Cooperación Internacional. Ahora es directora del hospital que la ONGD Lanzarote Help tiene en el pueblo de Ebomé, a las afueras de Kribi (Camerún). Además, también coordina los proyectos de esta organización en el país africano.

Cristina llevaba desde junio del año pasado colaborando con Lanzarote Help, cuando salió el puesto de coordinadora en Camerún. Conocía el proyecto y no lo dudó un momento. En noviembre hacía las maletas, poniendo rumbo al continente africano. "Me adapté pronto, pero aquello es otro mundo. Allí ves cosas que te impactan. Todos los días descubres cosas nuevas. La vida allí es muy diferente, aunque al final, lo que en un principio ves como anormal, te parece lo más normal del mundo", relata la conejera.

La lanzaroteña es directora del hospital que el Dr. Ricardo Cortés Ocariz, presidente de la ONGD Lanzarote Help y cirujano jefe de este centro, creó en 2005 en el pueblo de Ebomé, a las afueras de Kribi, ciudad costera del sur de Camerún. Se trata de un pequeño centro sanitario en el que se atienden diariamente a unas 30 personas en consulta y se hacen aproximadamente unas 200 cirugías al año. "La población en este país no cuenta con Seguridad Social, por lo que la gente no tiene acceso a la sanidad. Los hospitales tienen unas tasas muy altas. Además, hay mucha corrupción. Los enfermeros te cobran por atenderte", afirma Cristina. "Nuestro dispensario ofrece atención hospitalaria, digna y accesible", añade Marcelo Bruno, coordinador general en España de la organización.

El hecho de que haya tanta corrupción ha provocado, según señala Cristina, que la gente de allí no acuda al médico hasta que no se encuentra verdaderamente mal, porque les supone un gasto que muchos no tienen. "Algunos llegan ya terminales, cuando si se hubiera cogido semanas antes, se hubiesen salvado", añade.

El centro, que presta atención médico-sanitaria y quirúrgica, tiene dos servicios asistenciales: el Servicio de Cirugía General y Maternidady el Servicio de Medicina Tropical y Pediatría. Como añadido, realizan cirugía a personas con VIH, algo que, según señalan, "no existe en ningún otro centro del país". "Viene gente de todo el país. Hay personas que caminan 90 kilómetros para acudir a nuestro centro", declara Marcelo Bruno.

El paludismo, la malaria y los problemas ginecológicos son los principales problemas sanitarios con los que se encuentran. "Hay muchas mujeres que vienen con problemas sufridos por abortos. Aquí es ilegal y acuden a curanderos, que les hacen cualquier cosa. Es muy importante la educación sexual y el uso de anticonceptivos", cuenta Cristina Arribe. Las mujeres allí son nuestro principal objetivo, porque tienen toda la carga familiar".

El Hospital de Ebomé cuenta con un equipo de unas 30 personas, de las que sólo cuatro, con Cristina incluida, son de nacionalidad española. El resto es personal local contratado, que recibe una formación adecuada. "Somos los únicos que ofrecemos cirugía en condiciones. En otros centros, puede llegarte a operar un enfermero. Nuestras condiciones son precarias, pero seguras", narra la directora del centro.

La lanzaroteña lleva sólo cuatros meses en el país africano pero afirma que, "aunque es un trabajo estresante, es una experiencia muy positiva". "Es un aprendizaje continuo. Ningún día es igual que otro. Aprendes a resolver cualquier problema. El hecho de trabbajar en algo que te gusta es lo más importante".

Los mayores problemas, afirma, "los tenemos con la administración pública. Es un país muy corrupto y lo que te puede tardar una semana si pagas, te cuesta el doble si no lo haces. Tienes que ir veinte veces, hablar con un montón de personas y esperar. De hecho, la población nos ha ido acogiendo muy bien, pero sí que hemos tenido problemas con el hospital del distrito, ya que ellos pierden dinero con nuestra pressencia", añade la conejera.

Los pigmeos

Otro de los proyectos que Lanzarote Help lleva a cabo en la zona es el de ofrecer asistencia sanitaria a la comunidad pigmea Bagyeli desde el año 2006, cuando la organizaciónrecibió una petición de ayuda por parte del jefe tradicional de la comunidad.

Una vez al mes, un equipo sanitario del Hospital de Ebomé se traslada a cada uno de los tres campamentos situados en la rivera del río Lobé, para asistir a los miembros de esta comunidad de nómadas cazadores, que viven en las florestas tropicales del sur de Camerún.

Allí se atienden los casos más leves, mientras que los más graves se intentan trasladar al Hospital de Ebomé para que puedan recibir una atención más adecuada. "Su situación es más complicada. Son personas que están discriminadas por la sociedad. Creen en los remedios naturales y desconfían de la medicina, aunque poco a poco se van creando vínculos", expone Cristina.

Casi una década de asistencia

Lanzarote Help nació en el año 2001, de la mano del Dr. Ricardo Cortés y el matrimonio inglés Roper, con el objetivo de dar cobertura quirúrgica a los más necesitados y sin recursos económicos.

Durante los primeros años, la organización atendió a niños hijos de emigrantes e indigentes de la isla de Lanzarote. Sin embargo, a comienzos del 2005, amplió sus objetivos iniciales a la prestación de ayuda y colaboración médica, sanitaria y humanitaria a personas en poblaciones subdesarrolladas, marginadas o en zonas catastróficas que carecieran de los recursos necesarios. Así, comenzó su colaboración sanitaria con la República de Camerún, donde el 1 de septiembre de 2005 se abría Hospital de Ebomé, dando cobertura sanitaria en el ámbito quirúrgico a la población más desprotegida y desamparada, gente de la tercera edad y niños y, especialmente, a los enfermos quirúrgicos portadores del VIH.

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