De peregrinación recogida a romería planificada

Bajo la atenta mirada de un público expectante, el pregonero inició su discurso ubicando geográficamente el municipio de Tinajo. Tras esta introducción el pregonero quiso agradecer a la corporación municipal que le eligieran a él ...

15 de septiembre de 2005 (00:15 CET)

Bajo la atenta mirada de un público expectante, el pregonero inició su discurso ubicando geográficamente el municipio de Tinajo. Tras esta introducción el pregonero quiso agradecer a la corporación municipal que le eligieran a él como pregonero "dándome la oportunidad de compartir con ustedes algunos recuerdos que, con matices, serán los mismos de la mayoría de los que tengan más o menos mi edad". Con estas palabras Manuel Fajardo Feo hiló sus mejores recuerdos de la niñez. Primero habló sobre cómo esperaban ansiosos la llegada de Los Dolores.

Por aquel entonces él era vecino de La Vegueta y aún recuerda la llegada de los peregrinos y cómo algunos vecinos les daban porrones de agua fresca. Y tras el largo recorrido por fin se llegaba a Mancha Blanca donde el caminante "entraba en la ermita, rezaba, descansaba, y al salir, recuperado, estaba el jolgorio: las luces de los faroles de petróleo, oscilantes, colgando de los puestos; las primeras sopladeras, los trozos de caña dulce, dulcísima, los pirulíes, pirulines predecesores del chupa-chups, los dulces multicolores, adornados con bolitas brillantes, esperando a ser saboreados con la veneración de lo que escaseaba". Junto a la gastronomía típica las parrandas y los olores "de carne en adobo, de viejas jareadas, de pulpos asados, de colonia ‘revedor' (Rêve de Or) traída desde Port Etienne para disimular sudores", recordó el pregonero. Imposible de olvidar por Manuel Fajardo Feo el timple y la guitarra de Baltasar y de Manuel Déniz, sus voces recias que no necesitaban altavoz.

Todo ello en una tierra hospitalaria. "Estamos en una isla siempre abierta a nuevas aportaciones. Aportaciones enriquecedoras que han hecho que seamos lo que hoy somos. Estamos , también, en una tierra que no olvida lo que fue ni a quienes la forjaron porque sería como traicionar su desvelo y su sudor", expuso el pregonero al recordar la corriente humana que ha llegado en los últimos años que supera cualquier previsión.

Cambio

Los tiempos han cambiado. "Tanto que ahora, en Los Dolores, tenemos una organización extraordinaria". En esta comparación, Manuel Fajardo Feo destacó: "El cambio ha sido tan importante que lo que era una peregrinación recogida, siempre la víspera de Los Dolores, se ha convertido en romería planificada". Todo ello en unos días en los que gentes de distintos lugares arriban, se unen estos días a los habitantes de Mancha Blanca, se visten ‘de nosotros', cantan juntos, bailan juntos, escuchan juntos, aprenden juntos lo que son.

El pregonero dio la bienvenida a todos "creyentes y no creyentes, cristianos o de otros credos, agnósticos, y hasta ateos, pero ni un infiel, todos y todas fieles a la cita con la Virgen de los Dolores, agradecidos de que una vez al año convoque a comunión - comunión que es encuentro, comunicación e intercambios- de gentes de dentro y de fuera de la isla".

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