Ansiedad y competitividad en las aulas

Los futuros universitarios lanzaroteños están comiendose las uñas estos días. Estamos en junio y ya se sabe que para una importante proporción de jóvenes canarios acaban de concluir los exámenes de Acceso a la Universidad, los ...

20 de junio de 2005 (16:44 CET)

Los futuros universitarios lanzaroteños están comiendose las uñas estos días. Estamos en junio y ya se sabe que para una importante proporción de jóvenes canarios acaban de concluir los exámenes de Acceso a la Universidad, los que hace muy poco tiempo se conocían como la selectividad. La semana pasada los recién titulados en el Bachillerato Superior se presentaron a lo que algunos llaman el examen más importante de la vida, que tuvo lugar en el Instituto de Educación Secundaria Blas Cabrera. Tras la ansiedad y los nervios pasados a lo largo de tres días que duraron las pruebas, ahora sólo queda esperar los resultados, que para muchos significarán el comienzo de una nueva vida, en la mayoría de los casos fuera de la Isla que les vio nacer.

Una "prueba de fuego"

Si por algo se caracteriza la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) es por ser una de las experiencias que más tensión y nerviosismo genera en los jóvenes, que a menudo afrontan los exámenes como la prueba de fuego de su vida, de la que puede depender el devenir de su futuro. De la ansiedad de los estudiantes que se tienen que enfrentar a la PAU habló para LA VOZ el doctor Fernando Jiménez, conocido médico lanzaroteño, trabajador del Centro de Salud de Teguise.

Jiménez explicó a los lectores de este diario la mejor forma de prepararse para un examen. Por supuesto, lo primero que señaló el doctor es que no hay mejor manera de prepararse para sentirse seguro que estudiar día a día, y no dejarlo todo para el último momento. "El exceso de información en poco tiempo va generando confusiones y errores" que como consecuencia no sólo conducen a una escasa preparación para la sesión de pruebas, sino que también provocan altos niveles de estrés y nerviosismo. Las prisas y el agobio en los estudios son "contraproducentes, ya que provocan una fatiga física y mental, que es un importante handicap para realizar el examen".

Leer pormenorizadamente

A la hora de realizar la prueba, es fundamental "leer pormenorizadamente las preguntas" para no caer en errores derivados de una mala aproximación examen. "Hay que leer con atención las cuestiones y distribuir mentalmente el tiempo necesario para contestar a cada una de los puntos". Para combatir los nervios, lo mejor es comenzar por aquellos temas que mejor dominamos, porque así se genera "confianza para poder acabar el examen".

El estrés, al contrario de lo que pueda parecer, no es siempre negativo, porque este estado a menudo ayuda a los alumnos tomar conciencia de la importancia de la prueba y prepararla mejor. De hecho, ciertas personas responden mejor a los retos en un estado de cierta tensión. Lo que sí resulta contraproducente es la ansiedad susceptible de convertirse en pánico o estancamiento. En algunos casos, el estudiante se queda "en blanco" delante de la prueba.

Es sólo cuando el alumno es incapaz de controlar la ansiedad cuando ésta "merma el rendimiento" y afecta de forma muy negativa a la eficacia. Son muy frecuentes las privaciones de sueño, la falta de apetito y el malestar general en los estudiantes que se agobian en exceso.

LO MAS LEÍDO