Lanzarote y Saramago, un territorio y su dignidad
"El Gabinete Científico de Lanzarote Reserva de la Biosfera quiere acompañar a quienes sienten un profundo vacío con la pérdida de José Saramago, hijo adoptivo de Lanzarote, recordando el gran calado de su compromiso con este territorio atormentado y bello, sobre el que proyectó su reivindicación de la dignidad como esencia de una sociedad, de su cultura y de su paisaje.
Lo hizo alzando su mano entre el público durante algún evento organizado hace años por la Reserva de Biosfera. Y el mismo mensaje transmitió con su presencia en la clausura de las II Jornadas, hace quince meses. En aquella ocasión, la expectación de los 200 asistentes que permanecieron hasta el final en la sala, se plasmó en un silencio mayúsculo cuando el turno de voz llegó a su persona. Ofreció a la sociedad insular el ejemplo de dignidad que representaba una comunidad indígena del norte de Brasil. Una historia no inventada, un hecho auténtico, que va a ser entendido en Lanzarote como en pocos sitios...
Lewis Mumford comparó a los artistas y escritores con antenas capaces de detectar y valorar la calidad de los paisajes y de disfrutar de ellos eligiendo para residir lugares de especial belleza o grandiosidad. Pero, seguía apuntando, que estas antenas levantaban la liebre a los promotores
inmobiliarios, encargados de poner en valor esos lugares para lucrarse de ellos y de ejercer como atractores de un turismo de masas que acababa destruyendo el carácter y el atractivo originario de los paisajes.
César Manrique fue el artista 'descubridor' de Lanzarote, mientras que Saramago recaló en la isla más tardíamente, atraído por ella y dispuesto a luchar contra la mercantilización en boga y la explotación destructiva del territorio. Lamentamos, pues, doblemente su pérdida, como escritor universal y como persona comprometida en la defensa de Lanzarote frente a los desmanes de la especulación inmobiliaria.
No es, así, casual la estrecha vinculación de Saramago con la Fundación César Manrique llamada a proseguir la labor de defensa del patrimonio y los valores estéticos de la isla iniciada por el propio César Manrique. Deseamos que esta vinculación ?plasmada en una monumental
publicación y exposición biográfica y bibliográfica de Saramago? actúe como catalizador de nuevos encuentros que potencien la fértil simbiosis entre la sensibilidad y la creatividad artística y literaria y la conservación y mejora del patrimonio lanzaroteño.
Las personas mueren, pero las ideas permanecen. Para ello, este Gabinete, al igual que quienes hoy lamentan la ausencia de Saramago, debemos mantener vivos y dar continuidad a sus compromisos ideológicos y muy especialmente al que estableció con su querida 'balsa de
piedra', Lanzarote".
