La Voz ha acompañado al Seprona en una jornada de trabajo patrullando la isla en busca de la infracción medioambiental

Los guardianes de la naturaleza en acción

El inconfundible uniforme verde colgado en el armario y el coche reglamentario en la cochera desde hace varios días. La colaboración ciudadana y el trasiego constante de vehículos que entran y salen de ...

15 de agosto de 2007 (05:10 CET)
Los guardianes de la naturaleza en acción
Los guardianes de la naturaleza en acción

El inconfundible uniforme verde colgado en el armario y el coche reglamentario en la cochera desde hace varios días. La colaboración ciudadana y el trasiego constante de vehículos que entran y salen de una granja en Muñique les dice que algo ilegal se cuece dentro. Aunque más que cocerse, se degüella. Y es que se trata de un matadero ilegal en una habitación de la granja.

Después de varios días de vigilancia llega el momento de intervenir. Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), acompañados de un veterinario y un inspector de sanidad pillan in fraganti al dueño de la granja y al "matarife", que acaba de sacrificar por encargo una cabra sin ningún tipo de medidas higiénico-sanitarias, para venderla. Una granja convertida en matadero en el que los sacrificios cumplían las prescripciones de la religión musulmana.

Con el cuchillo bien afilado, el animal situado en dirección a la Meca, de un solo tajo y bendecido por Alá, pero sin licencia, sin pruebas veterinarias que verifiquen el buen estado de la res, ni medidas higiénicas que garanticen al consumidor de la carne que no dañará su salud. Así se mataba en esta granja de Muñique precintada por el Seprona. Es una de las intervenciones que esta unidad especializada de la Guardia Civil desarrolla cada día en Lanzarote.

La Voz ha querido conocer cómo es una jornada de la unidad en la isla y les ha acompañado por el camino de la protección del entorno Natural, especialmente sensible, en la Reserva de la Biosfera que cada día vigilan los cuatro agentes que componen el destacamento.

Son las 16:00 y el turno de tarde de José Ramón Gallego y Boni García empezó hace una hora. Gallego es el jefe de la unidad de Protección de la Naturaleza y García es el veterano con 15 años de servicio en Lanzarote, nueve de ellos en el Seprona, desde los inicios de este destacamento creado a raíz del nombramiento de Timanfaya como Parque Nacional.

Los vertederos, caballo de batalla del Seprona

El primer destino de ambos agentes es precisamente una de sus grandes batallas: los vertederos ilegales. La Voz les acompaña en 4 x 4 hacia la zona de La Machacadora de Tías. Allí se encuentra uno de los seis vertederos ilegales de la Isla. Al llegar a la zona los agentes comprueban con preocupación que la escombrera ha crecido desde la última vez que la visitaron, "todos esos neumáticos no estaban antes".Los agentes se refieren a una pila de varias decenas de gomas que se amontonan taponando en parte el camino por el que los vehículos transitan.

Han denunciado la existencia de este lugar al Ayuntamiento de Tías, al Cabildo e incluso al Gobierno de Canarias en varias ocasiones desde 1998, pero sin éxito. "Como es una zona en la que no pasan los turistas, pues no limpian", declaran los agentes, mucho más acostumbrados de lo que debieran a ver este tipo de vertederos en Lanzarote. Y es que la gente "tira lo que le sobra en estos lugares, lo han hecho toda la vida", explica el jefe del Seprona. Pero no sólo la costumbre de la gente hace que proliferen estas escombreras. "A veces te desanimas porque las denuncias que hacemos van a las administraciones, pero luego, o no hacen nada, o se extravían o ponen la mínima sanción", explica uno de los agentes.

Después de años denunciando han conseguido que empiecen a limpiar algunas zonas, como el vertedero de Tinajo. "Hasta camiones del Ayuntamiento veíamos soltando escombros y basura allí, incluso hace poco nos encontramos a operarios municipales echando basura donde no debían". Todavía se sorprenden cuando patrullan por zonas de importante valor medioambiental como La Geria o áreas de Malpaís y se encuentran electrodomésticos tirados, "es más difícil venir aquí a tirar estas cosas que llamar al servicio de recogida de cadaAyuntamiento", explica José Ramón Gallego. Mientras los agentes y La Voz observan el panorama, una furgoneta se acerca despacio, mira al personal y al poco se da la vuelta para volver por donde ha venido. En esta ocasión tendrá que dejar la basura en otro lado.

Hasta las aves se estresan

Después de tomar unas fotografías del vertedero con las que más tarde harán un informe, arranca de nuevo el vehículo, en esta ocasión en dirección a las dependencias de la Policía Local de Tías, que unos minutos antes han reclamado su ayuda. Agentes de la policía han recogido un cernícalo perdido que no podía volar en una de las calles del municipio. José Ramón Gallego porta una caja de cartón en la que se encuentra el cernícalo, "está asustado".

Minutos después será atendido por el veterinario de una clínica en Arrecife a la que llevan todos los animales que recogen heridos. Y aunque el Seprona se encarga sólo de velar por las especies protegidas en Lanzarote, los agentes cuentan con una sonrisa que "la gente nos llaman por todo tipo de aves. Una vez nos llamaron diciendo que se habían encontrado un pato en la piscina, otra vez, que había una paloma parada en la ventana e incluso llamaron diciendo que un loro tenía gripe aviar y lo único que le pasaba es que estaba estrado y por eso se arrancaba las plumas". Y es que, según afirman los agentes, el temor a la gripe aviar ha generado alarma social y un aluvión de llamadas al Seprona.

En otras ocasiones, los agentes se han visto obligados a hacerse cargo de otros animales menos pacíficos y se han enfrentado a situaciones peligrosas que rayan lo cómico, como la vez en la que descubrieron dos caimanes que habitaban en una piscina particular de Puerto del Carmen o la sorpresa que se llevaron, en esa misma localidad, cuando los dueños de una vivienda les llamaron porque en su WC había aparecido una serpiente.

"No es la primera vez que ocurre, porque hay gente a la que, cuando estos reptiles son pequeños, les gusta tenerlos, pero crecen o tienen crías y ya se convierten en un problema". Un problema fue para José Ramón Gallego hacerse con la serpiente en cuestión sin ningún tipo de artilugio, "hasta hace muy poquito no nos han enviado los lazos adecuados para agarrarlas".

La ilegalidad medioambiental también se construye

La unidad del Seprona tiene bajo su responsabilidad un sin fin de cuestiones que afectan al medio ambiente, que incluyen la detección y sanción a los causantes de vertidos yresiduos, además de denunciar cazadores y pescadores furtivos, actividades clasificadas ilícitas como los talleres ilegales, "en Arrecife hay bastantes, algunos denunciados" apunta José Ramón Gallego, atentados contra la flora y la fauna de la isla y las infracciones contra la ordenación del territorio, entre otros menesteres.

Se saben al dedillo el Plan Insular de Ordenación del Territorio, la ley de residuos, de aguas, de costas, las especies animales y vegetales autóctonas y protegidas, además de reciclar continuamente sus conocimientos a medida que cambia la legislación, "estamos en continuo estudio". De entre todos los documentos legales que conocen, el PIOT ocupa un lugar importante en su día a día y es que las infracciones estrella en Lanzarote son las que van contra la ley del territorio, "los famosos cuartitos de aperos", apunta José Ramón Gallego.

Ya es media tarde y el jefe del Seprona y su compañero de patrulla, Boni García, se dirigen hacia el barrio arrecifeño de Argana Alta. Por el camino la presencia de un nuevo coche abandonado en el barrio, les obliga a hacer una parada para fotografiarlo y tomarle la matrícula. "Los denunciamos todos los días, pero nada", explica el jefe del Seprona. En una de las calles más angostas de Argana Alta, los agentes tienen que entregar a los propietarios de una vivienda construida en 1999, presuntamente de manera ilegal, una notificación de la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural de Canarias que les sanciona con una multa de 183.000 euros. La notificación no genera sorpresa en los dueños de la vivienda. "Estamos legalizándola", afirma el hombre que les abre la puerta.

Dos naves más serán denunciadas al final de la jornada por los agentes del Seprona. Una en San Bartolomé, donde están trabajando en su construcción, y otra en el camino de Güime, construida al nivel de la tierra para evitar ser vista desde la carretera. "Cuando denunciamos estas construcciones aportamos detalles de sus medidas y su ubicación y buscamos a sus propietarios, algo que no siempre es fácil", apunta José Ramón.

En esta ocasión no hay nadie en la nave a medio construir. "Ahora veis esto en bruto, pues dentro de un tiempo será la entrada al garaje, habrá una barbacoa y después, construirán otra planta más y ya tienen la casa", comenta con pesar. Edificaciones ilegales de este tipo son el pan nuestro de cada día en Lanzarote, "cogemos al mes entre 5 y 7 casas".

La patrulla regresa al puesto de Costa Teguise. Ahora queda plasmar las denuncias y hacer informes de cada una de las intervenciones. Mañana volverán a salir a la calle con el fin de evitar nuevos atentados contra una isla Reserva de la Biosfera.

Medios al límite

Desde que a mediados de 1998 se creó la unidad del Seprona en Lanzarote para proteger el Parque Nacional de Timanfaya, los cuatro agentes que forman este cuerpo de seguridad se ha hecho cargo no sólo de salvaguardar las inmediaciones de Las Montañas del Fuego, sino de toda la Isla, de sus costas y del resto de islotes que forman El Archipiélago Chinijo.

Son cuatro hombres para dar un servicio de vigilancia las 24 horas del día los siete días de la semana, que se reparten en turnos de mañana y tarde porque "por la noche, a no ser que haya un servicio muy específico, no podemos salir" explica el jefe del Seprona en Lanzarote, José Ramón Gallego.

En época de vacaciones, se quedan tres agentes para toda la Isla, y el día que le toca librar a uno de ellos, son dos personas las que velan por la seguridad del entorno natural de Lanzarote. "Para poder cubrir adecuadamente toda la Isla necesitaríamos seis u ocho agentes más" explica José Ramón Gallego, jefe del Seprona en Lanzarote.

"Así está toda España, en Teruel sólo hay dos agentes para toda la provincia" es la contestación que Gallego recibió de sus superiores hace unos meses ante la falta de personal en la Isla. No dan abasto. "Hay días que tengo que hacer en mi casa los informes de las intervenciones". Los efectivos en Lanzarote por el momento no aumentarán aunque con la posibilidad de que el Archipiélago Chinijo pase a ser un ParqueNacional, "necesitaremos seguro más gente".

El Seprona en Lanzarote tiene a su cargo la vigilancia de la reserva marina del entorno de La Graciosa y los islotes del norte, sin embargo no tienen embarcación propia para realizar su trabajo, "ni una simple zodiac, tenemos que estar dependiendo del barco del Cabildo", puntualizan los agentes.

Si de lo que se trata de es de proteger las aguas que rodean la parte norte de Timanfaya, más de lo mismo, porque el propio Parque dispone de una zodiac que "se está, prácticamente, pudriendo". La burocracia impide que el Seprona pueda utilizarla ya que la competencia de los Parques Nacionales era del Estado y ahora pasan a las comunidades autónomas. "En Canarias todavía no se ha hecho el traspaso y no tenemos convenio con Parques Nacionales para utilizar zodiac". Con el tiempo estos agentes esperan que haya acuerdo, pero de momento, ven cómo se les escapan posibles atentados contra el medio ambiente.

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