Las fotos hablan por si solas. Los bancos y el suelo del parque Ramírez Cerdá se encuentran cubiertos de una película de materia blanca. Son los excrementos de uno de los habitantes más indeseados por los vecinos de la zona: las garzas. Y es que, a pesar de que está planificado trasladar a las aves a un jaulón cercano al Cabildo, que ya cuenta con un total de 12 ejemplares, las garzas no se han terminado de desplazar definitivamente.
El plan, según el concejal de Barrios y Limpieza, Antonio Machín, es trasladar al medio centenar de ejemplares de garza que 'presumiblemente' habitan en el parque Ramírez Cerdá a un jaulón instalado en las inmediaciones del Cabildo, en el que en la actualidad ya viven un total de doce ejemplares, según informa un técnico de la Primera Institución.
Antes, debería haber sidoinstalada en la zona del parque Ramírez Cerdá, unas torres cubiertas por una red para impedir que los animales se posasen en los árboles, pero según asegura el concejal capitalino, "hasta el momento el Cabildo no ha montado nada".