El PTE, con su inclusión o no de campos de golf y puertos deportivos, ha revitalizado la lucha medioambiental, y ya hay quienes sueñan con una nueva marcha como la del 27-S

Los colectivos sociales y ecologistas, en máxima alerta

El empeño de los alcaldes y algunos partidos para meter, para algunos "con calzador", el equipamiento complementario en el Plan Especial, ha hecho encender nuevamente las luces de alarma

13 de mayo de 2006 (11:05 CET)
Los colectivos sociales y ecologistas, en máxima alerta
Los colectivos sociales y ecologistas, en máxima alerta

Por C. S. G.

Los grupos ecologistas y colectivos sociales de la isla están comenzando a recuperar su capacidad demovilización y a salir de su un estado de "semi aletargamiento" de los tres últimos años, para volver a levantar las espadas por todo lo alto en defensa del modelo territorial que consideran más conveniente, e irrenunciable. El Plan Territorial Especial (PTE) de Lanzarote, con los fuertes "chisporroteos" políticos que está generando, partiendo desde el propio Grupo de Gobierno del Cabildo, ha vuelto a encender las luces de alarma y a poner sobre la mesa, con toda su fuerza, el debate sobre el futuro territorial de Lanzarote. Y este nuevo capítulo de esa lucha apenas está comenzando.

En la discusión acerca de si el PTE debe o no recoger la oferta de ocio complementario de la que se debe dotar a la isla, subyacen en rigor distintos modelos, distintas visiones, del modelo de isla al que se pretende ir. Cuántos campos de golf y dónde, cuántos puertos deportivos y dónde, qué otro tipo de ocio complementario se debe ofrecer y dónde, y cuántas camas más residenciales y turísticas y dónde, son las cuestiones que realmente crean los choques entre posturas encontradas, más allá de la oportunidad o no que brinda el PTE para cada uno de esos aspectos.

Varios de los colectivos sociales más representativos de la isla, como Mararía, El Guincho, Ciudadanos por Arrecife, sindicatos y numerosas asociaciones vecinales, han dado el pasado miércoles día 10 su primer paso en la nueva batalla que, según dejaron muy claro, están dispuestos a librar ya, y no son pocos quienes ya piensan -o sueñan- con repetir la histórica e inolvidable manifestación medioambientalista del 27 de septiembre de 2002.

Por lo pronto, ya han exigido públicamente en esa reunión que el PTE, aunque no termina de convencerles, sea aprobado ya, y por otro, deslizan la sospecha de que la insistencia de una parte del Grupo de Gobierno -concretamente, CC y ApL- para que ese plan incluya la oferta de ocio complementario, esconde la intención de dar "más motivos para especular con el suelo rústico residual y colonizar nuevo suelo", según señalaron en el referido encuentro desde Ciudadanos por Arrecife.

A su vez, esos colectivos han vuelto a levantar su utópica consigna de "Ni una cama más" o "Camas cero", y sostienen que así se debería recoger en el PTE, sobre el cual consideran que el modelo entregado por el consejero de Política Territorial, Carlos Espino, es "insuficiente" pero de "necesaria aprobación urgente".

Gritos de "guerra"

En todo caso, lo que queda claro es que el PTE ha resucitado esa lucha medioambiental y ha hecho volver a levantar ‘gritos de guerra' como el "no a los caníbales del territorio". Los colectivos están trazando ya un cronograma de trabajo, exigen que se les incluya en un debate del que se sienten excluidos, piden la celebración de un pleno extraordinario para esclarecer el tema y preparan un escrito conjunto, un manifiesto, en el que se volverá a dejar constancia de la lucha medioambiental, se denunciarán los supuestos "intereses especuladores" que a su entender planean con renovadas fuerzas sobre la isla y volverán a tirar a dar a toda la clase política, con matices en cuanto a la intensidad pero sin excluir a ninguno de los partidos "tradicionales", aunque también sea un hecho la afinidad política de algunos colectivos sociales, o al menos de sus cabezas visibles.

Por otra parte, el temor de esos colectivos de cara a la protección del territorio insular se ve alentado, según destacaron, a la falta de unidad de criterios en torno al tema por parte de la clase política, con opiniones muy distintas, como ha quedado evidenciado, no sólo entre oficialismo y oposición sino también -y sobre todo- dentro del Grupo de Gobierno, a punto tal que el actual tripartito pasa por su momento más delicado desde su conformación, y los siete alcaldes de la isla se han sumado a la polémica.

Las aguas parecieron calmarse un poco en el Cabildo en el enfrentamiento entre CC y ApL por un lado y el PSOE por otro, tras la reunión realizada el pasado miércoles día 10, con la intención de llegar a un acuerdo. Sobre la mesa está una propuesta de la presidenta, Inés Rojas, para que el PTE incluya en su preámbulo unas consideraciones generales sobre la oferta de ocio complementario y un compromiso para abordarlo de manera inmediata en otro documento.

Las negociaciones siguen y no todo está dicho de cara a que se recupere la tranquilidad dentro del Grupo de Gobierno, donde las relaciones entre sus componentes siguen muy tensas, y es difícil determinar hasta dónde se llegará. Pero lo que es seguro es que el debate sobre campos de golf, puertos deportivos y otra oferta de ocio se iniciará con fuerza, día ante, día después. Un debate que puede ser decisivo para el futuro de la isla.

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