Decenas de edificios a medio construir en Playa Blanca, en Puerto del Carmen o en Costa Teguise. Pero no sólo en las zonas turísticas. En Lanzarote, son muchos los bloques de hormigón que no se llegaron a culminar y que permanecen de pie, como la última metáfora de lo que un día fue la burbuja inmobiliaria.
En los últimos tiempos los desahucios no sólo afectan a particulares, sino también a promotores que proyectaron edificios o complejos de viviendas, que no lograron vender. "En la isla hay un montón de casas vacías y muchas de ellas tienen este problema. Los promotores han intentado cubrir hasta el máximo, pagar las letras que han podido, pero llega un momento en el que ya no tienen más y el banco les acaba ejecutando la hipoteca", explican desde una de las subastas en los Juzgados de Arrecife.
Incluso, también se han ejecutado hipotecas a establecimientos financieros. "Antes esto era muy raro, pero ahora no es extraño que, por ejemplo, una empresa dedicada a la venta de coches tenga su local hipotecado porque no puede pagarlo. Normalmente las empresas suelen buscar la vía concursal para gestionar el cobro de las deudas, pero también se dan ahora estos casos", explican desde los Juzgados de Arrecife.
De ahí que en estos momentos en España "los bancos sean las mayores agencias inmobiliarias del país". "La mayor oferta de viviendas de todo tipo, ya sean pisos, villas, apartamentos, las ofrecen las entidades bancarias", indican fuentes judiciales.
