Venir a trabajar al Hospital de Lanzarote resulta poco atractivo para los médicos especialistas que se forman en la España continental. Falta de incentivos, desconocimiento absoluto de la plaza, arriendos caros y una cesta de la compra casi impagable, son algunas de las razones que han provocado el déficit de facultativos en la Isla. Sin embargo, aunque el doctor José Esquiroz, jefe del servicio de Pediatría del Hospital General, comparte dichas razones, está convencido de que el problema mayúsculo hay que buscarlo por otro lado.
Con la autoridad que le da ser el médico especialista más antiguo del Hospital de la Seguridad Social de Lanzarote, hace 30 años que ejerce como pediatra en la Isla, asevera que la falta de cantera en el Hospital General, motivada porque no es un centro sanitario en el que puedan formarse especialistas, provoca que, cuando un médico decida marcharse voluntariamente o se produzcan jubilaciones, no haya especialistas que cubran las vacantes. Desde esta perspectiva, el problema no es del todo presupuestario.
Las plazas para formación de especialistas están absolutamente centralizadas en los grandes hospitales, ya que una de las condiciones exigidas por la Comisión de Especialidades para otorgar el visto bueno al objeto de que un centro sanitario pueda desarrollar una especialidad, entre otras tantas, es el número de camas.
Por ejemplo, que recuerde el doctor Esquiroz, para el caso de Pediatría eranecesario tener un mínimo de 60 unidades de hospitalización, y el Hospital de la Isla tiene actualmente 24 camas. El Hospital Negrín de Las Palmas, por ejemplo, tiene admitida la formación de especialistas, pero Hospitales como el de Lanzarote, el de Fuerteventura o el de La Gomera, no tienen la menor posibilidad de formar especialistas.
Especialistas a la fuerza
Además, el doctor Esquiroz pone el dedo en la llaga diciendo que en el fondo se trata de un problema estructural del Sistema de Médicos Internos y Residentes (MIR). El MIR es una prueba selectiva que establece un techo a la formación de especialistas en España. El médico general que quiera ser especialista debe someterse al examen MIR, que le califica para formarse como tal, pero para acceder con posterioridad a los estudios de una especialidad determinada, llámese Dermatología, Ginecología, Oncología u otra, debe haber obtenido la puntuación necesaria que le permita quedar dentro del número de galenos que pueden formarse en la especialidad de su vocación.
Es decir, que un médico que tenga una vocación de pediatra y no obtenga una puntuación suficiente en el MIR para superar a otros candidatos y estudiar Pediatría, es probable que opte por estudiar otra especialidad en la que la puntuación sí le alcanza o prefiera presentarse a un nuevo examen para formarse en lo que le gusta y siente. El primer escenario es muy grave porque un paciente puede ser atendido por un profesional, que aunque esté bien formado, no tiene la vocación de la especialidad que está ejerciendo, sobre todo si el servicio objeto del análisis es eminentemente público. "Probablemente los especialistas que han tenido que escoger una especialidad que no les gusta, nunca ejercerán como magníficos especialistas", sostuvo el doctor Esquiroz.
En el mismo Hospital de Lanzarote, entre varios casos, hubo un médico que decidió viajar a Argentina a formarse en Dermatología y después volvió a España a homologar
la titulación para poder trabajar en su país. El MIR pretende equilibrar la formación de especialistas frente a la demanda de España, pero todavía no hay datos fiables, según destaca el doctor Esquiroz, que lleven a pensar que hay excedentes de especialistas en el territorio nacional. "Lo que si ha habido es gente que está harta de las condiciones de trabajo que tienen los médicos en España, y que se ha ido a otros sitios", anotó el médico. "No hay exceso de médicos, sino defecto de alcanzar las posibilidades vocacionales de cada uno de los facultativos", añadió.
Propuesta inmediata
El jefe del servicio de Pediatría del Hospital, al margen del problema de fondo, piensa que las administraciones públicas pudieran hacer un esfuerzo para incentivar a los médicos especialistas a los que se les propone venir a trabajar a Lanzarote. Más que sugerir un incremento de sueldo, subraya el doctor Esquiroz, podría pensarse en facilitarles el acceso a la vivienda, en régimen de alquiler o poner sobre la mesa una alternativa accesible de compra. Para un especialista que está ubicado en la península con su mujer y sus hijos es difícil "tentarlo" si no recibe un plus llamativo. Es más, hay médicos canarios que trabajan en otras comunidades autónomas que no les interesa establecerse en las islas no capitalinas.
No es extraño encontrar médicos, sobre todo en los servicios de atención primaria de los hospitales, que no tienen la especialidad, pero que la ejercen sencillamente porque no hay especialistas que ocupen esos puestos. Esta situación conlleva a otro problema. Un médico que pudiera estar trabajando hasta 10 años en una especialidad, al llegar un especialista, puede verse en la física calle.
Toque a los políticos
El doctor Esquiroz piensa que los políticos de la Isla, y menciona el interés de la parlamentaria Manuela Armas, deben llevar esta problemática a los grandes escenarios de debates como puede ser el Parlamento de Canarias o el Congreso de los Diputados. "Las discusiones sobre la problemática de la Sanidad deben tratarse en las esferas en donde pueden resolverse los problemas", concluyó.