- Algunos empresarios se quejan de que han crecido las cifras de ocupación, dentro de esta mala racha que está atravesando el sector, pero a costa de bajar notablemente los precios. ¿No estamos entrando nuevamente en la pescadilla que se muerde la cola?
- No comparto tampoco esa valoración que se hace. Una cosa es estar peor de lo que a nosotros nos gustaría estar y otra muy distinta hablar en esos términos. La situación del turismo no es tan mala como se dice. En lo que respecta a ocupación hemos tenido unos meses malos, que han sido los de la primavera, abril, mayo y junio, en los que hemos mantenido ocupaciones eso sí por encima de las del año pasado. También es verdad que en esta época del año se han producido importantes ofertas, que son las que han hecho que la rentabilidad del negocio haya bajado notablemente.
- ¿No está siendo un poco condescendiente con la situación? Lo digo porque alguna de las ofertas que se pueden ver en los medios de comunicación y a través de Internet son para echarse a llorar.
- Lo que quiero decir es que las ofertas se hacen libremente, dentro de la economía de mercado en la que nos movemos. Cada empresario actúa en función de los niveles de reserva con los que cuenta, y se juega con los precios. Sin embargo, hay complejos que no necesitan rebajar mucho los precios porque se venden muy bien.
- La culpa de lo que está sucediendo la tiene parte del empresariado, que es el que ha llenado de camas el mercado. En los dos últimos han entrado miles de camas en el mercado, lo que es primordial para entender ahora el porqué de la crisis.
- Parece una obviedad el decir que si hay más camas es más difícil llenarlas. En un mercado global como el que estamos la incorporación de unas cuantas miles de camas no deberían tener influencia en el tema de los precios. Ya sabemos lo que sucedió en Lanzarote con la construcción, pero me parece injusto responsabilizar de todo a los empresarios. Hay empresarios que hicieron sus camas en su día y que no tienen ningún tipo de responsabilidad, y los que las hicieron fue por hacer frente a sus derechos frente a la economía de mercado, en el que cada uno toma las decisiones que considere oportunas. Esto sin entrar a valorar los efectos de la moratoria, porque nosotros estamos convencidos de que la moratoria influyó notablemente en el crecimiento de camas.
- ¿Y no tienen responsabilidad aquellos que han vulnerado la moratoria?
- Lo que hay que ver es que la justicia determine lo que se ha trasgredido, porque yo oigo cada cosa por ahí que no es normal. Conozco algunos establecimientos que están recurridos en estos momentos por el Cabildo que tienen todos sus papeles y sus licencias en regla. Lo que hay que hacer es individualizar cada caso y no generalizar como se está haciendo ahora, porque las circunstancias son muy distintas.
- Lo que no es normal es que se haya vulnerado tanto la norma como parece, que se hayan rescatado licencias del pasado y licencias caducadas como ahora están mostrándonos sentencias y autos de los tribunales de justicia.
- Lo que nosotros pedimos es que se depuren todas las responsabilidades que haya que depurar, pero me parece que es un esquema muy simplista decir que los empresarios han sido responsables del crecimiento turístico de los últimos años.
- Si no me refiero a los empresarios, me refiero principalmente a las instituciones públicas, en las que ya todos vamos sabiendo que se ha hecho prácticamente de todo. Volviendo al tema turístico, lo que está claro es que ese crecimiento de la oferta es el que ha provocado que se bajen los precios, también porque ha cundido el miedo entre el empresariado.
- Creo que es tiempo ya de dejar de lamentarnos y de ponernos manos a la obra. Está claro que tenemos una situación que está creada, y lo mejor sería que los empresarios y las administraciones pongamos los medios adecuados para cambiar la tendencia del sector turístico, que no es la deseable.
- El problema es que en esta tierra vivimos del turismo prácticamente todos, y cualquier cosa que suceda en el sector nos sucede a todos, de ahí que nos duela tanto y de ahí que se susciten tantos debates.
- Efectivamente, el turismo da de comer de forma directa o indirecta al noventa por ciento de la Isla.
- ¿Y qué ocurre con el sector de la construcción, también se ha notado un descenso importante del trabajo?
- Está claro que los niveles de producción de los años locos han pasado, los años en los que había un tipo de construcción enfocada al turismo y otra a lo residencial. Creo que la construcción turística ya no está pujando. Se ha reducido, si bien es verdad que ha aparecido un segmento nuevo dentro de la construcción que es el de la renovación y la rehabilitación, que también está dando un poco de juego.
- La reconversión de la planta alojativa obsoleta parece otra de las piedras de toque fundamentales para propiciar un desarrollo sensato.
- Es que yo creo que aquí en Lanzarote hemos tenido suerte, porque a diferencia de Gran Canaria donde la propiedad de los complejos extrahoteleros está muy atomizada porque está repartida entre profesionales de otros sectores que compraban apartamentos contamos con mayor unidad de criterio y de actuación. La atomización no existe, con lo que la unidad de explotación funciona bastante bien, sobre todo en Puerto del Carmen, que fue la primera zona que se creó y la que presenta los primeros signos de cierta antigüedad. Tengo que decir que desde hace dos años se están renovando alrededor de 4.000 camas en Puerto del Carmen.
- Estamos viendo que marcha muy bien la obra del campo de golf de Puerto del Carmen, y que hay buenas perspectivas respecto a su futuro puerto deportivo. ¿Se convertirá entonces en puntal absoluto del turismo en Canarias, no?
- Pues sí. Con esas dos instalaciones, tanto el campo de golf como la adecuación del puerto pesquero de Puerto del Carmen, la zona va a tener dos complementos que le van a ayudar mucho.
- ¿Cuántos campos de golf creen que caben en el sur de la Isla, dos, tres tal vez?
- No tengo elementos de juicio para definirlo, no me encuentro capacitado para definir la cantidad de campos que cabrían o que serían necesarios. Lo que sí que creemos es que cada zona turística debe tener un campo de golf. Que haya más ya tiene que ser una cuestión de consenso, porque estamos en un momento muy importante en la definición del futuro de Lanzarote. No sería ningún problema y no tenemos que simplificarlo todo en el número. En una mesa en la que estemos implicados todos los colectivos sociales, económicos y políticos sería muy fácil definir lo que queremos, para buscar una Lanzarote atractiva y saludable. El sentido común prevalecerá.
- Pues no ha sido el sentido común precisamente el que ha imperado siempre. Lo deseable sería que de una vez por todas se hagan las cosas de forma conjunta y aplicando criterios razonables.
- Sí, lo que sucede es que a veces lo razonable no es lo posible, porque en una economía de mercado hay que dar juego a todo el mundo. A nadie que se dedique a esta actividad le ha gustado el crecimiento que se ha producido en Lanzarote en los últimos años, porque ha provocado un serio desajuste en todos los sentidos.
- La ambición a veces es terrible.
- No, pero no se trata de insistir siempre con lo de la ambición de los empresarios. Estamos hablando del juego del mercado y de una situación muy puntual que se produjo. No podemos tachar de ambicioso a alguien que ha comprado lícitamente un solar para un uso turístico y que lo pone en marcha cuando estima oportuno. Estamos haciendo un flaco favor a la sociedad si simplificamos el problema diciendo que la ambición es la que ha provocado los actuales desajustes. Creo que el tema es mucho más complejo que todo eso.
- ¿Realmente cree que alguna vez ha habido una planificación seria de algo en Lanzarote?
- Lo que creo es que ha habido una planificación en falso, pero insisto en que es un tema mucho más complejo de lo que algunos pretenden hacer ver.
- A pesar de la que está cayendo, ¿sigue siendo optimista, sigue pensando que el futuro turístico de Lanzarote no se pinta con nubarrones negros?
- Sí, soy muy optimista, pero siempre partiendo de la realidad. No podemos estar todo el día diciendo que si fue Juana o la hermana la responsable de la crisis. Eso lo debemos dejar a un lado. Ahora lo que se trata es de intentar mejorar la situación. La única forma de remontar el vuelo y de garantizar el futuro es poníendonos a trabajar. Los empresarios somos muy conscientes de lo que debemos hacer, pero debemos ir de la mano de las administraciones públicas, que tienen mucho que hacer, decir y definir dentro del desarrollo de la actividad turística. Tenemos abiertos varios frentes: por un lado, la renovación de la planta alojativa obsoleta, que ya está en marcha; tenemos una planta alojativa muy buena, puesto que casi todo lo que se ha hecho ahora es de más de cuatro llaves y de más de cuatro estrellas, lo que ha dignificado mucho la situación turística de Lanzarote. De todos modos, de nada sirve que Puerto del Carmen o Costa Teguise se renueven si luego el entorno adolece de infraestructuras adecuadas. Estamos intentando que las administraciones se impliquen de manera seria para que inviertan dinero en núcleos turísticos, en darle una mayor solidez y calidad a la limpieza de las playas, a la iluminación, a construir unas buenas aceras, a hacer parques públicos..., a todo lo que le da empaque a las zonas turísticas. El resto de la Isla es diferente, porque con los Centros Turísticos contamos con un enorme potencial. Lanzarote es una isla desde el punto de vista paisajístico más que bien posicionada en el mercado. Tenemos que ser capaces de saber vender. Tenemos la pata de la renovación, el tema de la formación que tiene que ver con el servicio en nuestros hoteles y restaurantes... Tenemos que hacerlo todo bien para ser competitivos y para saber vendernos fuera a través de unos instrumentos que están absolutamente definidos como es el tema de la Fundación de Promoción del Turismo. Debemos ser capaces de profesionalizar esa formación.
- ¿Pero eso no estaba ya superado, es que se va a perder de nuevo el tiempo?
- Pues perderemos nuevamente el tiempo si no hay voluntad política de sacar el asunto adelante. Como bien sabe, ha habido una serie de vicisitudes en la política insular que ha hecho imposible que esto salga adelante. En la primera reunión que he tenido con el nuevo consejero del Patronato de Turismo, Miguel Ángel Leal, encontramos su compromiso para poner en marcha este proyecto, que es una especie de sociedad mixta que ejerce como fundación porque tiene una serie de ventajas fiscales a las que nos debemos acoger sin falta. De lo que se trata es de que la Fundación haga, diseñe y concrete la promoción de nuestra imagen, para lo que se le dota de una herramienta que ya está hecha, que es el famoso Plan de Marketing que cofinanciamos con el Cabildo.
- ¿No cree que todo esto volverá a pasar a mejor vida?
- Pues no, sinceramente, porque el tema ya está actualizado. Yo soy optimista porque el nuevo consejero del Patronato ha dicho públicamente que va a impulsarlo, y no tengo razones para pensar que eso no va a ser así. En la última reunión desde Asolan le hemos dicho que cuente con los empresarios, y también hemos sugerido que se vincule a otros sectores empresariales que entiendan que del turismo nos beneficiamos todos, con el fin de hacer una promoción coordinada que aúne esfuerzos desde el punto de vista financiero y que se haga no sólo de forma eficaz sino eficiente. Con todo eso vamos a conseguir que Lanzarote sea el destino turístico de calidad que merece ser, para conseguir, siempre y cuando se incremente también la oferta complementaria, que aumente el gasto de nuestros visitantes.