La Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, a través de su Dirección General de Universidades, ha planteado al Ministerio de Educación y Ciencia, la necesidad urgente de aumentar el cupo de alumnos en primer curso de Medicina en las universidades canarias, hasta alcanzar las 300 plazas al final de un periodo de adaptación de cuatro años, de acuerdo a lo demandado en la Conferencia General de Política Universitaria realizada recientemente.
"Actualmente las cifras de acceso a la carrera de Medicina son de 85 alumnos en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de 120 en la Universidad de La Laguna. Las previsiones del Gobierno Autónomo son las de alcanzar las 300 plazas al final de un periodo de adaptación de cuatro años, en los que resultará una asignación equivalente de 150 plazas en cada uno de los dos centros universitarios", explicaJuan José Martínez Díaz, director general de Universidades.
Martínez añade que las dos universidades canarias han mostrado su predisposición para realizar este esfuerzo, garantizando los medios necesarios para que la docencia no se vea afectada en condiciones de calidad.
Para el director general de Universidades, el reparto de nuevos licenciados en Medicina no puede estar condicionado exclusivamente por la población de derecho de cada comunidad autónoma, sino que se tiene que considerar también la de hecho, pues en el caso de Canarias el porcentaje de población flotante es muy alto durante todo el año debido a la afluencia turística. Asimismo, también señala que no se puede "olvidar el peso específico que significa la inmigración irregular".
Respecto al sistema sanitario canario señala que se debe considerar que el de Canarias es "aislado"y que necesita de una "mayor dimensión de sus dispositivos sanitarios al no poder recurrir a otros servicios sanitarios de comunidades limítrofes como es el caso del resto de comunidad autónomas del Estado".
Martínez Díaz afirma que el sistema sanitario canario tiene que considerar la dotación de unos recursos sanitarios suficientes en las islas menores que garanticen la cobertura de los servicios de salud para la población allí radicada. Además, la existencia de un mayor número de licenciados residentes en las islas presumiblemente reducirá la rotación de médicos especialmente en las islas no capitalinas.
Por último, el director general de Universidades estima conveniente que se habiliten las plazas MIR necesarias para que se vayan cubriendo al final del proceso por los egresados de las sucesivas promociones y de esta manera ir dotando la demanda de especialidades en Canarias.