La muerte el pasado sábado de un joven que se encontraba en una de las viejas naves abandonadas en lo que queda de la antigua empresa conservera de Arrecife ha reabierto el debate sobre lo oportuno o inoportuno de permitir que sus vetustas estructuras sigan en pie. La alcaldesa de la capital, María Isabel Déniz, fue precisa este lunes al asegurar que no tiene intención de dar ningún paso para derribar las naves de lo que popularmente se conoce como La Rocar sin llegar a un acuerdo con los propietarios, que son los que en su día solicitaron una licencia de derribo que fue concedida y que por razones de la más variada índole todavía no se ha ejecutado.
Las naves abandonadas se han convertido en un foco de marginalidad, donde las personas sin hogar y los toxicómanos malviven entre toneladas de basura, como en otros tiempos lo hicieron en el viejo Gran Hotel. En no pocas ocasiones se ha planteado la posibilidad de demoler todas las naves, lo que no se ha llevado a efecto por un sinfín de problemas, entre ellos la falta de acuerdo para darle una salida al conocido como Islote del Francés.
Para María Isabel Déniz se trata de un tema delicado, que cuenta además con una solicitud de licencia de derribo por parte de los propietarios, que se trasladó a la institución que ahora preside cuando Manuela Armas era alcaldesa. "Fue en la época del famoso viaje a Miami, en el que queríamos comprobar las posibilidades que tenía la zona", comentó recordando el proyecto que presentaron los propietarios del Islote y que luego quedó en otro castillo en el aire más. "Los propietarios quieren tener las garantías de que eso se puede hacer", remarcó.
De este modo, la alcaldesa dijo que le parece poco ortodoxo declarar ruinosa la zona para ejecutar el derribo, después de que se le concediera a la empresa propietaria de los terrenos la posibilidad de hacerlo. "Para que una administración demuela algo tiene que haber una declaración de ruina inminente, y el texto refundido de la Ley de Ordenación del Territorio preserva una serie de medidas cautelares para que se lleve a efecto esta posibilidad", explicó, agregando, no obstante, que reconvertir la zona, hacer que el noventa por ciento de la superficie pase a ser pública, es uno de los objetivos prioritarios.