"Nos hemos encontrado edificios públicos cerrados, o infrautilizados, mientras se pagan alquileres insoportables para alojar servicios que podrían ser acomodados en dependencias de nuestra propiedad". Eso es lo que ha advertido este martes la presidenta del Cabildo, María Dolores Corujo, en la comparecencia que ha ofrecido para dar cuenta de los acuerdos adoptados en el último Consejo de Gobierno.
Así, además de anunciar procedimientos de revisión sobre cuatro "servicios esenciales" de la Corporación -que se habían venido prestando de forma irregular, sin ningún tipo de contrato, y que ahora se sacarán a concurso-, también ha anunciado otras medidas para poner fin a la "falta de control" que ha achacado al anterior gobierno de Pedro San Ginés.
"A lo largo de las próximas fechas iremos dando cuenta de los diferentes movimientos que vamos a realizar para optimizar nuestros recursos", ha anunciado la presidenta, en referencia a esos inmuebles a los que no se estaba dando uso.
Además, ha anunciado que han encargado una auditoría interna que determine las condiciones de "seguridad y legalidad" de todas las instalaciones del Cabildo. "Con relación a las dependencias externas o a la propia Casa Cabildo, nos hemos encontrado con un preocupante déficit de mantenimiento", ha adelantado.
"Han sido diez años perdidos"
"Estos diez años han sido diez años perdidos", ha cuestionado Corujo, en referencia al mandato de su antecesor en el cargo, Pedro San Ginés. "Diez años en los que la gestión ha brillado por su ausencia. Diez años en los que ha estado paralizado el planeamiento. Diez años en los que los niveles de ejecución presupuestaria provocan sonrojo. Diez años en los que la propaganda ha tratado de esconder la falta de proyecto y la más absoluta desidia", ha añadido, en referencia también a esos "contratos verbales" que mantenía la institución y que ahora van a ser revisados, ya que los servicios jurídicos han advertido de que son "nulos de pleno derecho".
"Esta situación, más allá de la anormalidad que supone, es indicativa de un estilo de gobernar, de una manera de gestionar en la que la voluntad del cargo prevalece sobre la norma", ha lamentado la actual presidenta, que considera que Lanzarote ha asistido en la última década al "deterioro de una institución que fue modélica como consecuencia de una manera personalista de entender el poder".