Desde que el 5 de marzo de 1908 más de 100 mujeres murieran en Nueva York abrasadas por su patrón, tras protagonizar una huelga en el interior de la fábrica en la que trabajaban, el panorama laboral de la mujer ha cambiado mucho, y Canarias no es una excepción, aunque queda mucho por hacer.
Este jueves 8 de marzo conmemora el Día de la Mujer Trabajadora como un homenaje al duro camino que han tenido que recorrer las mujeres para igualar sus condiciones laborales a las de los hombres. Algo que, de hecho, no se ha logrado. Las cifras hablan por sí solas.
El paro, según la última Encuesta de Población Activa sigue cebándose en Canarias y en el conjunto del Estado en la mujer. En las Islas, la diferencia de tasa de paro es de más de seis puntos: 8,87% para los hombres y un 15% para las mujeres. Además, los salarios de las mujeres trabajadoras en Canarias son un 21,3 por ciento menos que los de los hombres, en los mismos puestos, un porcentaje diez puntos por debajo de la media nacional, que se sitúa en el 30 por ciento.
Y no sólo eso, sino que, a pesar de las políticas de igualdad y de conciliación que se están planteando en el conjunto del país, aún no se han encontrado medidas efectivas que regulen el igual acceso de la mujer a los puestos de trabajo, sobre todo los de dirección, o que permitan a una mujer trabajar y poder tener hijos y, lo más importante, disfrutar de ellos.
POLÍTICAS
Los sindicatos son los principales recordatorios de que, a pesar de los enormes avances hechos en este campo, aún hay que hacer mucho. En general, se muestran favorables a cualquier iniciativa legal que pretenda mejorar la situación de la mujer aunque rara vez se muestran completamente satisfechos.
La Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, a punto de aprobarse, pretende incidir, entre otros, en los obstáculos que encuentran las mujeres en el mercado de trabajo, estableciendo demandas como el permiso de paternidad, equiparación de las prestaciones de riesgo por embarazo y lactancia a las de maternidad, flexibilización de los requisitos de cotización para acceder a la prestación por maternidad, mejoras en la protección ante el despido, etc.
Para Intersindical Canaria, por ejemplo, esta ley es un paso necesario, pero que "no está exenta de importantes limitaciones". "La más destacada es que no asalta el reto de la conciliación laboral, familiar y personal (horarios, jornadas flexibles o escuelas infantiles ?atención de niños y niñas de 0 a 3 años) y difícilmente será la revolución que predica el Gobierno" aducen.
Precisamente las medidas que persiguen la conciliación familiar y laboral incide sobre la situación de la mujer, ya que por razones naturales (la mujer es la que tiene hijos) pero sobre todo sociales (el machismo que da por hecho que son las mujeres las que se encargan de los hijos o de los familiares dependientes) la conciliación de la vida familiar y el trabajo es especialmente difícil para las mujeres.
Si bien muchos critican incluso la celebración de un día en conmemoración de la mujer trabajadora, ya que opinan que no debería ser necesario sino totalmente integrado en el corpus social, lo cierto es que el Día Mundial de la Mujer Trabajadora se instauró para recordar una serie de luchas obreras protagonizadas por las mujeres que, precisamente por haber intentado ser silenciadas e incluso destruidas, merecen ser recordadas
