El pasado miércoles se reunieron con la Universidad de Las Palmas para intentar desbloquear el inicio de las clases, pero desde la Escuela aseguran que ahora ni les devuelven las llamadas. Los estudiantes temen perder el año académico

Aumenta la indignación y la preocupación en la Escuela de Empresariales de Arrecife ante la falta de respuesta de la ULPG

Los alumnos matriculados en 1º de Ciencias Empresariales en Arrecife y sus padres están muy nerviosos. "Un año al cubo de la basura si no se pronuncia de una vez el rectorado", reconoce Beatriz Salazar, ...

29 de octubre de 2007 (14:16 CET)
Aumenta la indignación y la preocupación en la Escuela de Empresariales de Arrecife ante la falta de respuesta de la ULPG
Aumenta la indignación y la preocupación en la Escuela de Empresariales de Arrecife ante la falta de respuesta de la ULPG

Los alumnos matriculados en 1º de Ciencias Empresariales en Arrecife y sus padres están muy nerviosos. "Un año al cubo de la basura si no se pronuncia de una vez el rectorado", reconoce Beatriz Salazar, directora de la Escuela Universitaria de la capital.

El miércoles pasado la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, a la que está adscrita la Escuela Universitaria de Arrecife, aseguró a la dirección del centro que entre el jueves y el viernes pasado, tendrían una respuesta definitiva. "Hoy es lunes, son las 14:00 horas y todavía no hemos recibido ninguna contestación", se lamentaba Beatriz Salazar. "La situación es muy mala", continúa la directora, que califica la actitud de la ULPGC de "falta de respeto".

Las esperanzas de la Escuela Universitaria y de los alumnos estaban puestas en la reunión que el miércoles de la semana pasada mantuvo Beatriz Salazar con la Dirección General de Educación y la Universidad de Las Palmas, en la que trató la dificultad que desde el rectorado encuentran a la Escuela de Arrecife, y que se centra en el sistema de contratación de los profesores, que no se ha basado en la convocatoria pública. "Somos un centro privado", apunta Beatriz Salazar, quien explica que el Ministerio de Educación les ha confirmado que no tienen que atenerse a ese principio para contratar a sus docentes.

No obstante, según la directora del centro, se mostraron conformes con someterse al sistema de convocatoria pública, a expensas de que la Universidad les diera una respuesta favorable que todavía no ha llegado. "Han pasado seis días y estamos peor que antes", lamenta Beatriz Salazar, que tenía previsto reunirse con los alumnos afectados y sus familias este lunes a última hora de la tarde, en un encuentro convocado por la dirección ante el nerviosismo y la preocupación de los alumnos.

A lo largo de la mañana de este lunes la dirección de la escuela ha llamado en repetidas ocasiones al rectorado de Las Palmas pero según cuenta Beatriz Salazar, no ha conseguido hablar con el titular, ni tampoco con el vicerrector. "No nos devuelven llamadas, no nos dan indicaciones? la gente viene aquí diciendo ¿qué hacemos? Por eso nos vamos a reunir con los padres, para ver qué acuerdos adoptamos", afirmaba la directora.

A estas alturas, cuando el curso académico empezó hace un mes, no hay plazas disponibles en la ULPGC ni en la Universidad de La Laguna, para poder asumir a los 43 alumnos matriculados en la escuela de Arrecife y los padres no saben qué hacer. "Yo francamente he hecho todo lo que he podido en nombre de ellos y desde luego, esta situación no tiene nombre", concluye Beatriz Salazar.

La Escuela Universitaria de Estudios Empresariales hizo público hace dos semanas que no había comenzado sus clases en el plazo previsto ya que les faltaba el permiso del Gobierno de Canarias, que a su vez, dependía de un informe favorable de la ULPGC y que fue negativo. La dirección de la Escuela asegura que ha cumplido con los requisitos necesarios para impartir la diplomatura y en estos días ha solicitado el apoyo de las instituciones y del empresariado lanzaroteño. Cabildo y Ayuntamiento de Arrecife han aprobado mociones y desde el sector empresarial también han firmado una declaración de apoyo a la escuela. Incluso los padres y alumnos han remitido escritos y han recogido firmas para que comiencen las clases, algo que de momento, ha sido imposible.

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