A.A.
- Su presencia en esta jornada en Lanzarote tiene que ver con la finalización del que parece que va a ser el proyecto final para una de las zonas más emblemáticas de la capital de la Isla. Mucha gente se ha esperanzado después de que usted anunciara que va a respetar el proyecto que César Manrique tenía para cambiarle la cara al Islote de la Fermina. ¿Está satisfecho con lo que se ha hecho?
- En primer lugar, me gustaría hacer una referencia histórica, porque hablamos de un procedimiento que nació de un modo determinado y después se vició. Ya sabe que en su momento el Islote, que es como lo conocemos todos los que hemos vivido y convivido con él, se vio sometido a un concurso público que lo ganó el arquitecto conejero Carlos Morales, a quien por cierto debo decir que tengo toda la estima y consideración como persona y como profesional. Ahora el Gobierno de Canarias tiene otra filosofía y otra forma de concebir la actuación sobre una pieza tan importante como es de la que hablamos. Es una obra de referencia, y entendemos que ya sobre ella se había actuado de forma potente. Desgraciadamente la obra de César Manrique sobre el Islote fue una obra inconclusa, porque de lo contrario no habríamos tenido que discutir tanto. Nadie ha sabido interpretar tan bien el paisaje y los espacios de calidad como él. Si ya había una interpretación, si había una actuación que estaba prácticamente concluida en un noventa por ciento, este consejero entendía que se debía respetar. Por eso nos pusimos en contacto el Ayuntamiento y con la Fundación César Manrique: les trasladamos nuestra idea, que el Ayuntamiento vio bien y la Fundación no tanto, no la vio mal pero entendían que era una obra que no se le podía atribuir a Manrique. Nosotros estamos de acuerdo porque ellos tienen un protocolo de actuación en cuanto a la autoría de la obra, cosa que insisto en que respetamos. Entendemos y mantenemos que con la filosofía y el trato que se le había dado a esa parte tan singular, debíamos respetar la obra y la idea con la que se trabajó. Recuperamos toda la información que había, nos pusimos en contacto con los técnicos que en aquel momento trabajaron con Manrique, y con la obra actual, con lo que hay hecho pero degradado, más los bocetos que hemos hecho, hemos conseguido crear un proyecto que hoy (ayer) entregamos al Ayuntamiento para que le dé el visto bueno y nosotros podamos desde el Gobierno de Canarias sacar a concurso la obra. Queremos ver si antes del próximo año, si antes de finales de 2006, podemos disfrutar todos los conejeros de la obra.
- ¿Realmente cree posible terminar esa obra en un año?
- Sí, porque estamos hablando de una obra de rehabilitación, que aunque es algo farragosa puede hacerse rápido; eso sí, con el esfuerzo de la dirección técnica que vamos a montar y con las cláusulas administrativas que queremos imponerle a quien se adjudique se puede concluir en ese tiempo.
- Lo que vemos es que esas cláusulas administrativas no siempre se respetan. Tenemos el ejemplo de San Francisco Javier, en Arrecife, donde los vecinos, con más paciencia que un santo con paciencia, están soportando la no finalización de las obras que inició su Consejería en la pasada legislatura.
- Pues tiene toda la razón del mundo, pero precisamente ahora vamos a ocuparnos de las obras de San Francisco Javier. Ya sabe que se trata de un proyecto que está incluido dentro de lo que se conoció como Plan de Infraestructuras Turísticas, que se llenó de problemas que no tienen nada que ver con el Gobierno de Canarias ni con el Ayuntamiento. Hay una falta de entendimiento entre la empresa adjudicataria y la dirección facultativa; desde el Gobierno de Canarias entendemos que Lanzarote y el barrio de San Francisco Javier no pueden pagar la penitencia del desentendimiento de la dirección facultativa y de la UTE que realiza las obras. Después de intentar mediar tomamos la decisión de rescindir el contrato a ambos; ha sido un procedimiento complicado, complejo, pero le aseguró que fue una de las primeras cosas que me marqué cuando llegué a la Consejería. Ya estamos en la última etapa; ya se ha llevado a boletín el último procedimiento administrativo, y de forma paralela el Ayuntamiento ha realizado el proyecto que entendían los vecinos que se debía realizar. De modo oficial me lo trasladarán a la Consejería la próxima semana, se revisará, y espero que no ocurra nada más, para poderlo sacar a concurso en breve y así que se consiga finalizar con la obra antes de finalizar el año.
- Está asumiendo un compromiso importante. Se tiene que dar cuenta de que luego los vecinos de San Francisco Javier se lo van a recordar.
- Yo trato de asumir siempre compromisos que pueda hacer; por eso es por lo que a veces me prodigo tan poco en los medios de comunicación. En estos momentos puedo afirmar, a no ser que ocurra algo raro, que el proyecto de San Francisco Javier estará finalizado antes de que acabe el año, para que las obras se acaben definitivamente antes de que acabe el próximo año.
- Cambiando de asunto, y entrando si le parece en la parte menos amable de su política, me gustaría preguntarle por la situación en la que se encuentra el estudio de la denegación de licencias a varios establecimientos alojativos de Yaiza por parte del Cabildo. ¿Se ha avanzado algo en este tema, ha cambiado algo en lo que se refiere a la transferencia de competencias que ha demandado el Cabildo en inspección y sanción?
- La última vez que comparecí ante este medio le hablé del tema de las competencias, y dije que no es tan importante quién las ejerza sino cómo las ejerza. También dije que necesitaba tiempo. Desde la Consejería de Turismo estamos tratando de dar solución a las carencias que existen en estos momentos en el sector turístico en lo que tiene que ver con la materia inspectora y sancionadora. Por eso, esperando a que se negociaran los presupuestos, queríamos hacer los planteamientos correspondientes. En el PSOE han entendido también que había que hacer un esfuerzo para mejorar la inspección y la sanción turística. Por eso se va a contemplar en los próximos presupuestos una partida importantísima para solucionar este problema. Por eso le repito que no es tanto quien ejerza las competencias sino cómo las ejerza y con qué medios cuenta. Nosotros entendemos que con las nuevas partidas presupuestarias se van a poder ejercitar bien las competencias. Tendremos que sacar a concurso nuevas plazas de inspectores e instructores; si las cosas marchan como esperamos, se va a solucionar en gran medida el problema que hay en esta materia.
- La verdad es que es muy alarmante que haya tan pocos inspectores para tantos establecimientos. ¿Qué ocurre con el tema de los establecimientos ilegales, qué ocurre con todos esos empresarios que forman parte de la economía sumergida y que están haciendo competencia desleal?
- En este sentido tenemos mucho camino por andar, y desgraciadamente como la Administración es tan compleja, a veces en una actividad intervienen muchas entidades administrativas, como el Cabildo y los ayuntamientos. Nosotros nos comprometimos dentro de la comisión normativa a regular el tema de las villas turísticas; queremos que se contemple la villa turística como modalidad alojativa, porque creemos que es un modelo importante que la solicita gente con mucha capacidad de gasto. Otra cosa es el tema de las villas que están hechas, un tema que excede de las competencias de este consejero y del propio Gobierno de Canarias. Las camas turísticas se pueden contemplar en suelo turístico, y no en suelo residencial; quien normaliza el suelo es el Cabildo a través de la Consejería de Política Territorial. Me consta que Carlos Espino va a analizar este tema, y tendrá que darle cumplida respuesta al tema de las villas turísticas. También es cierto que nos encontramos con otra situación paralela: el tema de las cero camas.
- Lo de las cero camas ya hemos visto que es una auténtica utopía.
- Sí, pero a todos se nos ha llenado la boca hablando de las cero camas y del crecimiento cero. Ahora es el momento de hacer una reflexión; nosotros tenemos un supermercado, un supermercado al que vienen clientes que nos piden un tipo de carne y un tipo de papas muy concretos. Si al final no somos capaces de darles lo que quieren, a lo mejor se van a la tienda de la esquina. En este momento hay que pensar en el tema. No digo que haya que poner más camas o menos camas, pero sí digo que hay una demanda de una determinada modalidad alojativa que normalmente solicitan turistas de mucha capacidad de gasto a la que hay que darle respuesta. También siempre digo que a problemas complejos respuestas sencillas. A lo mejor no tenemos que aumentar el número de camas, a lo mejor se tiene que pensar ya en la descalificación y en la reconversión de muchas camas en villas turísticas. No sé cuál es la solución, porque habría que sentarse a discutir.
- ¿Qué quiere decir exactamente con la iniciativa que propone?
- Que busquemos estándares de calidad, con unas medidas mínimas de dormitorios, con unos servicios mínimos..., el poder dar satisfacción a ese turismo que siempre reclamamos. Todos estamos en la estrategia de una cama más, y si vienen clientes a nuestra tienda y no encuentran lo que buscan a lo mejor se van para otro lado. Hay que ser un poco más imaginativos.
- Para eso es fundamental que se resuelva el tema de la ilegalidad, desde luego, de esa gente que hace la competencia desleal.
- Desde luego; por eso a mí me preocupa cuando aparecen los salvapatrias que no aportan nada, cuando en realidad hay que pensar en las soluciones sencillas para los problemas complejos. Sí es verdad que habrá que hacer un esfuerzo de imaginación, de estudio y de reflexión para darle una solución a lo que tenemos. Es verdad que se pueden hacer actuaciones pensando en lo que tenemos, sabiendo que tenemos un número de camas determinado. Insisto en que no se me malinterprete, porque todos estamos en la estrategia de ni una cama más, eso sí, pensando en que las camas que están más degradadas deben ser sustituidas o reconvertidas. Son temas que hay que estudiar.
- Lo importante es que se trabaje, que se busquen soluciones, porque llevamos muchos años hablando de los mismos asuntos sin que se resuelva nada de nada.
- Eso es así, pero al menos en lo que a mí respecta, en lo que me ha tocado vivir como consejero de Turismo, se están cambiando las cosas, teniendo siempre presente que tenemos un buen producto que demanda la gente. Debemos saber conjugar esto con la estrategia de ni una cama más, y saberle dar una solución.
- En estos últimos meses se ha hablado mucho de una crisis turística; no se sabe si provocada por el exceso de camas o por el descenso de la llegada de turistas. ¿Cuál es el futuro inmediato del sector?
- El futuro del turismo en Canarias no es sencillo. Somos un destino que ya es maduro, que no es barato y que tiene mucha competencia de otros destinos emergentes que tienen unas instalaciones fantásticas y a bajo precio. Le estoy hablando de destinos que ahora ya son estables, como Croacia, Bulgaria, el Magreb, y después ha aparecido nuevamente con una potencia tremenda la República Dominicana, la Rivera Maya o Cancún. Tenemos una fotografía nueva. Allí están haciendo un montón de establecimientos de última generaciones similares a los que se están haciendo en Meloneras, en el sur de Tenerife, todo con mucha calidad. Además, los gastos de explotación allí son una octava parte de lo que nos cuesta aquí. Tenemos competencia dura, y tenemos que actuar con dos o tres elementos que son un valor añadido en nuestro destino: que somos primer mundo, que tenemos infraestructuras educativas, sanitarias, viarias..., tenemos cercanía a nuestros vecinos europeos, tenemos afinidad cultural, y todo eso tenemos que complementarlo con que tenemos que renovar nuestra planta alojativa. La Administración asume su parte de responsabilidad en la renovación de la planta alojativa obsoleta, de ahí que se vaya a rehabilitar de forma ordenada lo que se conoce como la trama urbana. En Canarias tenemos varios núcleos turísticos importantes que necesitan renovación: Puerto del Carmen, Los Cristianos, Puerto de la Cruz, Corralejo, El Inglés y San Agustín... Si se solucionan esos problemas, creo que volveremos a estar bien posicionados en el mercado. Pero de todos modos tenemos una realidad muy clara, que recibimos doce millones de turistas. A pesar de que ha habido un receso importante en el turismo británico hemos tenido un aumento importante en el turismo peninsular, se ha sabido reaccionar desde el Gobierno de Canarias haciendo unas campañas importantes en la Península, lo que nos ha permitido equilibrar el descenso de los británicos. También ha reaccionado muy bien el turismo escandinavo y empieza a reaccionar el turismo alemán.
- ¿Con la que ha caído en Alemania?
- Pues sí, con la que ha caído se está reaccionando, y espero que en los próximos meses, con el nuevo Gobierno, se reaccione todavía de forma más favorable. A pesar de todo, sólo hemos tenido una pérdida neta de 50.000 turistas. Por eso digo que no hay una crisis profunda, hay un estancamiento, y como hemos crecido mucho con los mismos visitantes, tocamos a menos. Es una regla matemática sencilla. Por eso todos tenemos que hacer el esfuerzo, desde el empresario hasta las administraciones.
- Un tecnócrata como usted parece que no pega en un departamento con tantos vaivenes. ¿Está realmente ilusionado con este trabajo?
- Usted sabe que no es la primera vez que ando por estos lares. He estado en Transporte, en Pesca, y ahora en Turismo. Es un reto que he asumido con todas las ganas del mundo, y muy agradecido con aquellos que me propusieron para el cargo. Espero poder satisfacer los deseos de aquellos que hicieron la propuesta. En este momento no estamos en la mejor etapa, porque hay muchos problemas que hay que tratar de encauzar. Si le damos solución a todo, estaré más que satisfecho.
- ¿Cree que todo el mundo es consciente de que hay que implicarse en el tema?- Creo que cada día son más los empresarios que son conscientes, como lo son las administraciones implicadas. Si cada uno va por su lado, difícilmente le vamos a dar solución. Hay que aunar esfuerzos, sobre todo los esfuerzos económicos. Cuando la Consejería de Turismo rehabilita una avenida, un parque, una zona comercial, si los comerciantes hacen lo propio, si el ayuntamiento o el cabildo también colabora, el efecto que se va a conseguir va a ser muy superior.