Carta abierta a Mariano Rajoy

Sigfrid Soria
23 de marzo de 2015 (09:07 CET)

Querido presidente del Gobierno de España y del Partido Popular,

Te escribo, como lo hice en diciembre pasado, con la intención de trasladarte ciertas reflexiones como español y como afiliado al PP.

Lo hago al día siguiente de las elecciones autonómicas en Andalucía y lo hago con una enorme tristeza por habernos desplomado en esa Comunidad Autónoma. En las últimas elecciones autonómicas andaluzas ganamos con 50 diputados con una participación del 60%. En esta ocasión hemos obtenido 17 diputados menos, 33, con una participación del 63%. Es decir, han votado más andaluces pero el verdadero resultado del centro humanista reformista cristiano, el perfil de nuestro querido Partido Popular, ha sido muchísimo peor.

La configuración ideológica del arco parlamentario andaluz en la legislatura que ahora concluye era mayoritariamente de izquierdas en una relación de 59 a 50. Es esa la razón, reforzada por la no consecución de la mayoría absoluta pese a ganar las elecciones, de que hayamos estado en la oposición.

Desgraciadamente, Andalucía es el paradigma español y europeo de la corrupción, el paro y de otros muchos indicadores que la sitúan en el vagón de cola del progreso social y económico. Esa maravillosa Comunidad Autónoma española únicamente ha tenido presidentes del PSOE desde el principio de la democracia en el año 1978, desde la Junta Preautonómica. Pero, a pesar de que todos los presidentes de todos los gobiernos en la democracia han sido socialistas y a pesar de que Andalucía es ejemplo de la peor gestión de Europa, la nueva configuración ideológica del arco parlamentario andaluz es más izquierdista que la anterior, concretamente en una relación de 76 a 33.

En esta paradójica situación influye la movilización de la izquierda, por un lado, y la desmovilización y abstención de nuestros propios votantes, por otro. En cuanto a lo primero, poco o nada podemos hacer puesto que si las reformas que están salvando a España generan la movilización de la izquierda, bienvenida sea ya que no por dicha movilización vamos a dejar de hacer las reformas necesarias: se llama patriotismo y es marca de la casa. Respecto a lo segundo, la abstención de nuestros propios votantes, podemos y debemos hacer muchísimo. ¿A qué se debe la abstención que castiga nuestra excepcional y reconocida gestión?

 España es actualmente aplaudida por el G20, la OCDE, el FMI, el Banco Mundial, el BCE, la Comisión Europea, el Eurogrupo, EEUU, UK, Alemania, Australia, Italia, Finlandia, México…, y economistas reconocidos mundialmente. Somos la economía que mejor evoluciona de la eurozona, que más crece y el país en el que más empleo se genera. Fuimos los artífices de superar la primera ruina socialista y volvemos a serlo al superar la segunda, todo ello en veinte años. Pero, por lo que se ve, todos los fabulosos logros económicos conseguidos en los tres últimos años no son suficientes como para animar a que quienes fueron nuestros votantes, sigan siéndolo.

La explicación a la desmovilización de nuestros votantes hay que buscarla, por tanto, fuera de nuestra brillante gestión económica. Si seguimos basando nuestro mensaje electoral en los logros económicos no conseguiremos lo más importante en política: seguir gobernando para mejorar la Sociedad.

Si hay que obviar los logros de la gestión económica en la búsqueda del desencanto de nuestros votantes habrá que buscar en otros aspectos. Esos otros aspectos son: la inmediata derogación de la Ley Aído, el contrato laboral único que no hemos implementado y que ahora otros prometen, mejora de la fiscalidad ya que ahora se puede, mayor firmeza en el proceso soberanista, mayor firmeza en la política penitenciaria en relación con el Tribunal de Estrasburgo, mayor firmeza con Partidos vascos y catalanes que atentan contra la soberanía nacional, mayor firmeza con el asunto del Archivo de Salamanca, mayor sensibilidad para con las Víctimas del Terrorismo, mayor firmeza con el caso 11M, mayor firmeza en la lucha contra el DAESH como la que han adoptado los EEUU, UK, Francia y numerosos países árabes, mayor sensibilidad con la disidencia cubana, mayor firmeza económica con ciertas autonomías incumplidoras…

En la medida en que demos claras y rotundas respuestas a nuestros votantes ganaremos futuros comicios electorales, y viceversa. Y una última consideración: dar respuestas a nuestros votantes sobre graves cuestiones que afectan a España y sobre asuntos íntimamente ligados a nuestro ideario no sólo satisfará a dichos votantes y será positivo para los intereses electorales de nuestro Partido sino que también mejorará la Sociedad española. Asimismo, no olvidemos que ponernos de perfil ante ciertas cuestiones desvía el voto de los nuestros, o genera su abstención, y no capta en absoluto el voto ajeno.

En las próximas citas electorales no podemos permitirnos lo que nos ha ocurrido en Andalucía. Tenemos que movilizar a nuestro electorado y, está ya comprobado, con los logros económicos no es suficiente.

Un fuerte abrazo, Presidente.

 

Sigfrid Soria del Castillo Olivares, Ex Diputado Autonómico. Parlamento de Canarias

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