Opinión

¿Qué necesita España?

España es un Estado fallido con un presente hipotecado y un futuro inviable. Los hechos irrefutables son que tenemos una deuda de 1,2 billones de euros que no para de aumentar, un déficit presupuestario del 3% del PIB y creciendo, un PIB en caída, una tasa de paro del 14% y aumentando, y la creación de empleo desplomándose. Somos la única democracia en el mundo que ha tenido 4 elecciones generales en 4 años, no tenemos presupuestos generales ni objetivos claros que perseguir. Sufrimos intentos de golpes de estado por parte de nuestras propias instituciones y ejercemos un infinito buenismo hacia quienes nos invaden con violencia. El sistema de Seguridad Social está en quiebra y las pensiones son insostenibles, no siendo impedimento estos dos hechos para que el presidente en funciones, y sin control parlamentario alguno, anuncie que España va a aportar 150 millones de euros al Fondo Verde de la ONU, con la misma frivolidad y unilateralidad con la que utiliza el Falcon para ir a bodas de familiares. ¿De qué partidas presupuestarias, si no hay presupuesto; con quién ha acordado ese gasto; por qué 150 y no 200 ó 300 millones? Nos estamos acostumbrando a que el plagiador se pasee por el mundo postureando con nuestro dinero, con nuestro presente y con nuestro futuro.

Pero, dado que hay elecciones generales dentro de poco y acogiéndome a la libertad de expresión que todavía me asiste, voy a proponer en este artículo de opinión una serie de medidas que cambiarían radicalmente el triste panorama que nos aboca al desastre. Ahí van:

Aplicación sine die del 155 en Cataluña. Disolución del Parlamento catalán y de la Generalidad. Cierre de TV3. Disolución de los Mozos de Escuadra habilitando un período transitorio para que los constitucionalistas se integren en la Policía Nacional. Despliegue permanente del Ejército de Tierra, Guardia Civil y Policía Nacional en Cataluña. Activar a la Abogacía General del Estado para detener y poner a disposición judicial a Torra, Torrent y a otros altos cargos golpistas de las actuales instituciones autonómicas de Cataluña. Toda esta situación excepcional debería prolongarse tanto como sea necesario y, en cualquier caso, hasta que desaparezca la permanente intención golpista.

Prohibición de la existencia de partidos políticos cuyos objetivos sean violar leyes y la destrucción de España. Ilegalización de los partidos políticos que planteen la destrucción de España.

Blindar nuestras fronteras a la inmigración ilegal. Construir muros electrificados allá donde la presión lo requiera. Expulsar a cualquier ilegal que esté en España, sea mayor o menor. Derogar toda normativa, generadora de efecto llamada, de atención sanitaria universal a no españoles. Oposición frontal a políticas europeas de cuotas de acogimiento de migrantes de países musulmanes.

Eliminación del Senado. Reformulación competencial, a la baja, de los estatutos autonómicos. Redimensión, a la baja, de las Asambleas y de los Parlamentos autonómicos; tanto como que se queden en un tercio de la composición actual.

Rescate de competencias transferidas a las Comunidades Autónomas como Educación, Sanidad, gestión de la Justicia, gestión tributaria y fiscal y gestión de parques nacionales. Homogeneización de servicios básicos en toda España y para cualquier español.

Eliminación del 100% de asesores políticos. Reducción drástica de vehículos oficiales al nivel proporcional al de los EEUU, que tiene 412 con 350 millones de habitantes frente a los más de 10.000 que tenemos en España con 47 millones. Eliminación de prebendas inexplicables a expresidentes del gobierno de España y autonómicos.

Adaptación, a la baja, de los gobiernos autonómicos a su nueva realidad competencial. Tanto como que queden al 25% de su actual dimensión.

Derogar toda la legislación que otorga al 50% de la población un trato especial frente al otro 50% al que discrimina. Afrontar legislativamente problemas de violencia en el entorno familiar respetando el artículo 14 de la Constitución.

Alcanzar un pacto de estado que marque una hoja de ruta presupuestaria y fiscal para que en cuatro décadas España liquide la deuda pública. En un lustro la eliminación del déficit público. En una década la eliminación del agujero de la Seguridad Social. Y elaborar un plan que viabilice las pensiones y legislar para blindarlas.

Máxima bajada de impuestos y carga fiscal a empresas, autónomos y personas físicas. Disminución del intervencionismo público y fomento de la actividad empresarial.

Eliminación de todos los Cuerpos policiales autonómicos y potenciación de Guardia Civil y Policía Nacional. Posibilitar la incorporación de los efectivos autonómicos en la Policía Nacional.

Blindar el uso del idioma español en toda España como único válido para opositar. Catalanes o vascos han de tener el mismo derecho a sacar una plaza en Canarias que los canarios en Cataluña o Vascongadas.

En democracia se puede hacer realidad cualquier deseo, siempre y cuando dicho deseo tenga el apoyo adecuado. El 10 de noviembre los españoles tenemos la oportunidad de elegir al Poder Legislativo que elegirá al presidente que liderará el Poder Ejecutivo. Estoy convencido de que la inmensa mayoría de españoles están de acuerdo con los 12 puntos de mi propuesta; ojalá haya una fuerza política que los asuma y ojalá muchos millones de compatriotas apoyemos a esa fuerza que nos aleje del agujero negro que nos acecha. Ojalá abracemos la viabilidad.