No todos hemos ganado

Oswaldo Betancort
26 de diciembre de 2015 (11:44 CET)

Existe una creencia basada en la realidad de muchos años de que después de unas elecciones todos los partidos ganan. Todos le dan las veces que haga falta la vuelta a la tortilla para que termine cayendo del lado que interesa. Poniendo un ejemplo de lo que acaba de suceder en las generales, el Partido Popular dice que está contento porque ha ganado las elecciones (obviando el enorme apoyo perdido) y el PSOE asegura que están felices porque la mayor parte de los ciudadanos que han votado no lo han hecho al PP, lo que significa que los hombres y mujeres de este país claman por un cambio y no quieren que gobiernen los populares. Por supuesto, de hablar del peor resultado de la historia del PSOE nada de nada.

Así parece que todos pueden justificar sus fracasos con la mayor dignidad posible y echan balones fuera sobre responsabilidades propias.

Bien, yo no he ganado las elecciones, y tratar de vender otra historia sería faltarles al respeto, algo que nunca haré.

Cuando mi partido, Coalición Canaria, me propuso el reto de presentarme como número dos al Congreso por la provincia de Las Palmas, fui perfectamente consciente de la magnitud del proyecto en el que me metía. Sabía que eran unas elecciones televisivas marcadas por lo que salía en Madrid, y que poco o nada podíamos hacer los nacionalistas de la ultraperiferia en una fiesta a la que evidentemente no nos habían invitado. Pero creo que uno tiene que estar en política a las duras y a las maduras, y si había que dejarse la piel por conseguir que las necesidades de los canarios se escucharan en Madrid, ahí iba a estar yo. Teníamos que intentarlo, y lo intentamos.

Me sentí profundamente agradecido a mi partido por pensar en mí para un desafío de estas características; que pensaran que podía transmitirles de la mejor forma todas las ideas que teníamos en Coalición Canaria para mejorar la vida de todos los que vivimos en este Archipiélago. Que creyeran que era una opción factible en un escenario imposible me reconfortó, me hizo pensar que debía darlo todo para devolver una confianza que a mi edad jamás pensé que alcanzaría.

Lo intenté, como creo que lo hicieron el resto de mis compañeros, pero no fue posible. Sin querer eludir responsabilidades, hubo algo que fue peor de lo que pensaba. Creí hace unos meses que estábamos en un momento de cambio en cuanto a la forma en la que todos veíamos la política, pero no fui del todo consciente de que había algo que no había cambiado, la tele. No imaginé que aunque ahora se hablara del fin del bipartidismo, la forma de enfocar los programas de máxima audiencia nos iba a hacer tanto daño a los que no íbamos a tener ni un segundo de gloria. El resultado del trabajo ha sido demoledor, indiscutible y hasta plausible para aquellos que a mi modo de ver están denigrando la democracia. Porque han convertido la búsqueda de apoyos en una especie de espectáculo en el que veíamos cada minuto de sus vidas, de los líderes de esos partidos, y nunca de las nuestras; de los candidatos locales, poco o nada sabíamos en algunos casos. Para las grandes cadenas de televisión la pluralidad es un concepto muy particular. Así, mucho más en estas circunstancias, ganar elecciones en lugares como Lanzarote, territorios en los que se elige de forma directa a sus representantes, se escapa a todas las previsiones lógicas.

Coalición Canaria era David en diciembre y los cuatro grandes Goliath, y esta vez, por desgracia, ganó Goliath. Nos aplastaron a todos los que se nos ocurrió pensar que el pequeño podía ganar al gigante.

No hemos conseguido los resultados esperados. Afortunadamente, tenemos a Ana Oramas, que seguirá peleando por todos los canarios, y seguirá siendo nuestro referente en el Congreso de los Diputados. Apuesto algo a quien quiera a que durante cuatro años o lo que dure esta incierta legislatura nadie más conseguirá que se hable de los problemas de las Islas en la Cámara Baja. Pero eso a muchos de los que viven por aquí abajo parece que no les importa.

Está claro que además de la tele tenemos un problema muy serio en Coalición Canaria, en el nacionalismo canario. No sé si la fórmula pasa por una refundación desde la base. Lo que sí que sé es que no puede pasar un solo día sin que los que queremos defender los intereses de esta tierra desde una formación que sólo responsa a los dictados de esta tierra nos pongamos manos a la obra. Creo que ya no basta con lamernos las heridas y dejar que vuelvan otros comicios locales que nos llenen los pulmones de oxígeno. Hay que trabajar desde ya en fórmulas que hagan que los nacionalistas canarios nos acerquemos electoralmente a lo que consiguen los nacionalistas vascos y catalanes. Tengo ideas al respecto y se las haré llegar a mi partido, y espero que mis compañeros tengan ideas todavía mejores que las mías y consigamos en poco tiempo darle la vuelta a una situación que debe cambiar de forma radical.

Y una vez hecho el capítulo de autocrítica, llega el de los agradecimientos. Quiero darles las gracias a todos los que el 20 de diciembre fueron a votar y participaron de forma activa en la construcción del futuro de nuestro país. Quiero darles las gracias a todos los que se molestaron en conocer todas las propuestas que tenían sobre la mesa y en un ejercicio de responsabilidad votaron a quienes creían que serían los políticos que mejor defenderían nuestros intereses. Y quiero darles las gracias con todo mi corazón a todos los ciudadanos de Lanzarote que apoyaron la propuesta de Coalición Canaria, y especialmente a todos los vecinos de Teguise. Sé que hubo personas que creyeron que haría un buen papel en Madrid, a pesar de que otras pensaron que si me iba desatendería los asuntos de mi municipio. Nunca, y eso lo quiero dejar bien claro, pensé dejar en segundo lugar a Teguise; todo lo contrario, pensé que podría lograr lo mejor para mi tierra y por extensión para todo Lanzarote y Canarias.

Quiero agradecer a mi compañero Marci que sabiendo lo difícil que lo tenía le puso las mismas ganas y la misma ilusión que yo para lograr el imposible. A todos mis compañeros de partido que han trabajado en la campaña, que se han dejado el alma para que hayamos sido la isla donde Coalición Canaria ha obtenido el mejor resultado, lo que no es una casualidad.

En definitiva, gracias a todos y aquí me tienen, como siempre, dispuesto a seguir trabajando por todos ustedes en el Ayuntamiento de Teguise y en Coalición Canaria desde el mejor Comité que cualquiera podría desear.

Feliz Navidad y próspero año 2016.


Oswaldo Betancort, Alcalde de Teguise

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