Opinión

De nacionalismo, de pactos y de repartos

La educación es una de las principales competencias de las Comunidades Autónomas y en Canarias en mayor medida, si cabe, porque partíamos de unas condiciones precarias en cuanto a analfabetismo, escolarización, infraestructuras, centros desdoblados, fracaso escolar, ratios del profesorado y profesorado- alumnado y así un largo etc. , en el momento de las transferencias efectuadas por el estado.

En ese momento, los partido canarios, reclamaban un modelo educativo basado en la realidad de nuestro archipiélago y no en el existente en ese momento en el Estado de España, diseñado en Madrid y excluyente de la realidad canaria.

Con el paso de los años y con mucho esfuerzo por parte de las distintas consejerías y consejeros, profesorado, asociaciones de madres y padres, sindicatos, organizaciones profesionales, se han logrado unos avances muy significativos que culminaron en el año 2014, con la aprobación de la Ley Canaria de Educación, a través de una propuesta legislativa popular presentada en el Parlamento de Canarias, por un amplio abanico de colectivos y con mas de 36.000 mil firmas , en el año 2010 . Esta Ley fue aprobada por el Pleno del Parlamento de Canarias en el año 2014, con el apoyo de los Grupos
Parlamentarios Socialista, Nacionalista y Nueva Canarias, y con el rechazo del Grupo Popular.

Somos muchos los que dentro del nacionalismo defendemos la necesidad de que desde Coalición Canarias, Nueva Canarias y otros partidos nacionalistas de implicación insular, se de un paso adelante y se apliquen en la tarea de la construcción nacional canaria, no solo con un discurso de cara a la galería, sino con un proyecto de identidad nacional, comprometido con nuestra forma de ser,
defendiendo, sin ambigüedades, nuestras estructuras educativas, culturales y comunicativas propias. En este ultimo apartado, es una pena que la Academia Canaria de la Lengua , que tanto trabajo costó poner en marcha, no haya contado con el apoyo decidido, como se merece, por parte de los sucesivos Gobiernos de Canarias.

Es lamentable, desde mi punto de vista, que después de cuarenta años de autonomía y con las competencias en Educación por parte del Gobierno de Canarias, y a pesar de los avances logrados, no hayamos sido capaces de poner en marcha las bases de la Escuela Canaria que marque nuestro avance como pueblo, con unos Contenidos Canarios ajustados a nuestra realidad y la defensa de nuestra idiosincrasia.

Pedía el día 12 de noviembre de 2012, ante el Pleno del Parlamento de Canarias, en mi intervención como portavoz de educación del Grupo Nacionalista Canario durante el debate de Toma en Consideración de la Iniciativa Popular para una Ley Canaria de Educación: “Pido un gran pacto por la educación canaria para evitar la imagen de que con la alternancia política, también se cambien las bases, las estructuras, de un campo tan sensible como la educación en nuestra comunidad.” Este no era solo mi sentimiento, sino el de la mayoría de los representantes educativo, entre ellos el Consejo Escolar de Canarias.

Enlazo esta intervención con los resultados de las Elecciones del 28 de mayo del año en curso. Los resultados, hacían necesaria la configuración de pactos para lograr la gobernabilidad de nuestra comunidad, cosa lógica y normal, en los tiempos que corren.

No es intención de estas líneas analizar las decisiones tomadas por cada partido político para lograr la estabilidad necesaria durante los próximos cuatro años, pero considero que existían otras opciones de pacto progresista en nuestra comunidad, como por ejemplo, el firmado en la isla de Fuerteventura con el Pacto CC-PSOE.

Lo que si llama la atención es el reparto realizado por el Presidente del Gobierno de Canarias, en la asignación de las áreas que corresponden a cada socio. Y he aquí mi asombro. Coalición Canaria, partido de corte nacionalista, pacta dentro del reparto de las áreas que la Consejería de Educación sea competencia del Partido Popular.

¡Un partido nacionalista se desprende de una de las áreas mas sensibles dentro del organigrama del Gobierno de Canarias.! Y no solo se desprende, sino que se lo pone en bandeja al Partido Popular. Y como diría Carmelito, personaje entrañable, creado por el amigo y humorista Morgan: “donde se jabrá visto eso”. Yo desde luego no lo entiendo.

Un partido Nacionalista que dice en el Preámbulo de sus Estatutos “CC es una organización política, nacionalista y progresista y de estructura federal que tiene como objetivos fundamentales la consolidación por vía democrática de la Nación Canarias, así como el reconocimiento y defensa de la identidad como pueblo soberano integrado en una concepción plurinacional del Estado y un firme sentimiento europeísta.” Este partido nacionalista es el que deja la gestión de la educación canaria en manos del Partido Popular.

Recordemos que el Partido Popular impuso la Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) llamada también Ley Wert, en “honor” al apellido del ministro impositor; recordar que ha sido una de las Leyes mas contestadas y controvertida por todos los sectores relacionados con la educación de los últimos cuarenta años; el partido que votó en contra de la Ley Canaria de Educación; el partido que suprime competencias a los consejos escolares de los centro educativos, potenciándolas competencias de los directores y restándolas a los Consejo Escolares, que apoya conciertos con la administración pública a los
centros que opten por la diferenciación por sexo, que apoya de forma clara a los centros concertados frente a los públicos y a los postulados de la iglesia católica.

Con estos antecedentes, desde luego muestro mi preocupación por la deriva que pueda tomar estos próximos cuatro años la educación en Canarias.

He luchado, junto con un gran numero de compañeros y compañeras, como docente y luego desde los cargos de responsabilidad que he ocupado, por tener una educación acorde con las necesidades de nuestro pueblo, dentro de nuestro compromiso como nacionalistas, primero, buscando salir del atraso al que nos condenó el estado español con un sistema educativo que marginaba a nuestras islas, ignorando la lejanía, índice de analfabetismo y nuestras peculiaridades. Mas tarde, luchamos por poner en marcha y luego consolidar los avances que se han ido logrando gracias al esfuerzo de todos y todas: niveles de escolarización, presupuestos, infraestructuras, fracaso escolar, currículo, etc. Estos logros se han ido produciendo a lo largo de los últimos años, pero consideramos que aun tenemos mucho que avanzar y mantener una velocidad de crucero importante para lograrlo, primeramente con el desarrollo y aplicación de la Ley Canaria de Educación no Universitaria, dotada de las partidas presupuestarias necesarias, para llegar al 5 % del PIB, tal y como se recoge en la misma.

Señor Consejero de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes, se encuentra usted con una consejería muy sensible para todos los canarios y canarias y, aún terminando de escribir estas líneas, no me creo que el señor Presidente del Gobierno y Secretario General de Coalición Canaria, don Fernando Clavijo haya realizado tal dislate con nuestra educación, poniéndola en manos de su partido.

Estimado Poli, quiero pensar que la estrategia del Presidente sea llevarte a un callejón sin salida y hacerte responsable de los conflictos que pueda generar en las comunidades educativas la aplicación de postulados defendidos, en épocas anteriores, por tu partido y a una gestión de la educación que él y el sector mas afín a los dictados del Partido Popular, léase los descendientes de la vieja ATI,
quieren introducir basándose en los compromisos de los repartos del pacto, para imponerlos por debajo de la mesa,

Nacionalismo si; pactos también , pero repartos a cuenta de dar pasos atrás en la educación en Canarias No, por favor.

Nicolás Gutiérrez Oramas. Director Insular de la Consejería de Educación en Fuerteventura. (2006-2011)