Opinión

Las Constituyentes

Por María Dolores Corujo Han pasado varios días desde que asistí a la proyección del documental de Oliva Acosta Las Constituyentes. Y debo reconocer que me cuesta olvidar las voces y las palabras de aquellas veintisiete mujeres. La admiración y el ...

Por María Dolores Corujo
Han pasado varios días desde que asistí a la proyección del documental de Oliva Acosta Las Constituyentes. Y debo reconocer que me cuesta olvidar las voces y las palabras de aquellas veintisiete mujeres. La admiración y el ...

Han pasado varios días desde que asistí a la proyección del documental de Oliva Acosta Las Constituyentes. Y debo reconocer que me cuesta olvidar las voces y las palabras de aquellas veintisiete mujeres. La admiración y el respeto me embargan.

El ejemplo de aquellas diputadas y senadoras que participaron en las primeras Cortes democráticas después del Franquismo debe ser un estímulo para recoger el testigo de su labor. Sus palabras, el recuerdo de su trabajo, de su lucha, me impulsan a considerar que no tenemos derecho a flaquear.

Hoy, cuando están en riesgo los logros de años y años de lucha, de esa lucha que ellas empezaron, me parece imprescindible reafirmar el compromiso de los socialistas y las socialistas con los valores que defiende nuestra Constitución. Esa Constitución en la que participaron las veintisiete constituyentes.

Estremece el deterioro del carácter social del Estado y la contribución de este Gobierno que no nos merecemos, por su incapacidad para generar empleo, por el desmantelamiento de la sanidad y la enseñanza públicas o la renuncia a asumir las obligaciones que marca la ley de dependencia.

Y si me aterran con su política económica, más cuando pretenden legislar sobre nuestros derechos más íntimos. La derecha más a la derecha de Europa está empeñada en hacernos retroceder a las mujeres a épocas que creíamos superadas.

La reforma de la Ley del aborto propuesta por el Partido Popular parece más el fruto de conversaciones de sacristía que el resultado de un proceso legislativo respetuoso con los valores de esta sociedad.

Pretenden imponernos su moral beata. Consideran a la mujer incapaz de decidir sobre su cuerpo y su proyecto vital. Si pudieran nos encerrarían de nuevo en la Sección Femenina. Parecen anhelar ese tiempo en el que estábamos destinadas a los cursos de corte y confección y a los concursos de bailes regionales, eso sí, después de haber terminado las tareas de la casa.

Pero se equivocan. Sin en 1977 eran veintisiete las mujeres que nos representaban en el Congreso y el Senado, hoy somos legión quienes militamos en formaciones políticas, que ocupamos puestos institucionales y orgánicos, que trabajamos por cuenta ajena, que dirigimos empresas, que montamos pequeños negocios, que contribuimos en pie de igualdad a sacar adelante a este país y a nuestras familias...Con la carga añadida de los hijos e hijas, del cuidado de nuestros mayores, de la limpieza y de tantas y tantas cosas que, por más que se compartan, muchos siguen considerando como nuestras labores.

Hoy somos más y más preparadas. Hoy somos más y con más ganas, pues después de haber vivido en libertad es imposible retroceder en el disfrute de nuestros derechos.

Hoy somos más y nos van a tener enfrente. Les vamos a plantar cara en las instituciones y en la calle. Les vamos a decir que no. Que en nuestro cuerpo mandamos nosotras, que nuestro futuro lo decidimos nosotras.

Contamos con la fuerza de nuestras ideas, de nuestras convicciones y, a partir de ahora, con la fuerza que da el ejemplo de aquellas Constituyentes.

*María Dolores Corujo, secretaria general del PSOE de Lanzarote.