Opinión

La subvención al transporte de mercancías: una mala noticia para Lanzarote 

La subvención al transporte de mercancías entre islas es una herramienta utilizada por el Gobierno del Estado con el objetivo de abaratar el coste efectivo del transporte marítimo y aéreo de mercancías entre las Islas Canarias. Tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, esta pasa de ser de una media del 50% hasta alcanzar el 100% del mismo, destinándose una partida de aproximadamente 92 millones de euros al efecto, por lo que el transporte de mercancías entre las Islas Canarias se realiza por primera vez en la historia democrática de este Archipiélago sin coste alguno para la empresa.

A pesar del sorprendente triunfalismo con el que los representantes en Lanzarote de los partidos políticos que levantaron su mano para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, esto es, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Ciudadanos y Partido Popular, han vendido esta medida, la realidad es que hay muy poco que celebrar.

La igualdad formal en muy pocas ocasiones lleva aparejada a la igualdad material, y esta no es una de ellas. El 100% de subsidio del transporte de mercancías entre las islas profundiza en las desigualdades existentes en el Archipiélago, agudizando los lazos de dependencia de Lanzarote y el resto de islas no capitalinas, con las economías de Tenerife y especialmente de Gran Canaria.

Así, tejidos agrícolas e industriales de mayores dimensiones, como el grancanario y tinerfeño con casi ocho veces más demanda, con mejores conexiones, más sofisticadas infraestructuras, y por lo tanto mucho más competitivos en precio, se encontrarían ahora sin ningún tipo de cortapisa para ver ampliado su potencial mercado sin aumentar prácticamente el coste. Con esta medida, y a modo de ejemplo, podría pasar que un queso realizado por una empresa de Gran Canaria en Gran Canaria sea mucho más barato que un queso realizado por una empresa de Fuerteventura en Fuerteventura, o que la cebolla cultivada en Gran Canaria esté a mitad de precio que la de Lanzarote, en una frutería de Lanzarote.

La subvención al transporte de mercancías es el mejor ejemplo de una política fracasada en materia de bonificaciones y subsidios que, en lugar de abaratar costes e igualar territorios, aumenta los márgenes de ganancia y agudiza las desigualdades.

Se antoja insultante que algunos quieran disfrazar esta medida de rebaja en el precio de la cesta de la compra, cuando la experiencia nos dice que en Lanzarote, con la subvención al transporte de mercancías operando al 50% desde 2012, la cesta de la compra ha sido y es, aunque ahora en menor medida (y no gracias a ninguna subvención), de las más caras de todas las Islas Canarias y también de todo el Estado español.

Cabría un debate sereno sobre cómo proteger fiscal y económicamente economías insulares, fomentando los mercados internos e interinsulares entre islas no capitalinas, para generar más empleo y riqueza en ellas, inclusive podríamos hablar de reflejar la doble insularidad, con las que algunos falsamente se llenan la boca al hablar del sistema electoral, en alguna de las instrumentos del REF.

Sin embargo, frente a eso, nos encontramos con la política de trazo grueso, hecha a golpe de titular y teledirigida desde los núcleos de poder de los partidos negociantes, que demuestran profundo desconocimiento y tremenda insolidaridad con el resto de canarios.

La subvención al transporte del 100% es un obstáculo directo al tejido agrícola, empresarial e industrial de Lanzarote que afecta con especial virulencia a las pequeñas y medianas empresas de esta isla, perjudicando a nuestro mercado interior, y convirtiéndonos en buena medida en una economía cautiva y estrechamente dependiente de Gran Canaria y Tenerife.

Por eso mismo, no inquieta que los representantes políticos de esas islas de los partidos que apoyaron los PGE lo estén celebrando por todo lo alto, lo que causa estupor es ver cómo Coalición Canaria, Nueva Canarias, Ciudadanos y Partido Popular en Lanzarote aplauden sin rubor esta medida, con el silencio incomprensible de la patronal insular, y sigan haciendo las veces de sucursales y apoderados de las islas capitalinas, aún a pesar de ir decididamente contra el pueblo de Lanzarote.

Por  Borja Rubio,  concejal de Somos en Arrecife