Opinión

Cenizas de San Ginés

Cuando yo me muera,

pegadme fuego,

y recoged mis cenizas

en un jolatero, 

dentro de una urna

con forma de libro

y que maestro Toño 

sea quien lo fabrique. 

 

Botadme en el rincón más sucio

del Charco de San Ginés,

tras el esqueleto del rorcual,

en mitad de Las Cuatro Esquinas,

donde la mugre se acumula

y apesta a muerto, donde la gente,

cuando pasa, arruga la nariz

o se sube la mascarilla, 

como si el hedor a cloaca 

pudiera desvanecerse

y no impregnase sus fosas nasales 

en el camino de vuelta a casa.

 

 

Toño con un jolatero