"Tú también haces LA VOZ"

La semblanza de un hombre bueno

"El domingo 18 de diciembre fui testigo de un acontecimiento histórico para mí como creyente en el Señor Jesús. Acudí a la celebración de la Santa Misa a las 12.00 horas para acompañar en un día tan especial a un hombre ...

22 de diciembre de 2010 (09:19 CET)
La semblanza de un hombre bueno
La semblanza de un hombre bueno

"El domingo 18 de diciembre fui testigo de un acontecimiento histórico para mí como creyente en el Señor Jesús. Acudí a la celebración de la Santa Misa a las 12.00 horas para acompañar en un día tan especial a un hombre bueno, a Don Agustín Monroy Rodríguez, que se desplazó desde su parroquia en Santiago de Gáldar, en Gran Canaria, hasta su otra parroquia, la de San Ginés, en Arrecife, para hacernos partícipes y junto a él dar las gracias al Señor de poder celebrar sus Bodas de Oro Sacerdotales.

Don Agustín Monroy Rodríguez se ordenó sacerdote el día 17 de diciembre en Tafira, Gran Canaria. Celebró su Primera Misa Solemne el día 18 de diciembre de 1.960 ante la imagen de San Nicolás de Bari, en Sardina del Sur-Gran Canaria.

Don Agustín nació en el seno de una familia pobre y con muchos sacrificios pudieron pagarle la matrícula para poder entrar en el seminario. Por aquellos años su valor era de unas 150 pesetas. No fue nada fácil llegar hasta el final pero su vocación y entrega pudo más.

Venció todas las adversidades que le fueron saliendo al paso. Una vez ordenado sacerdote dedicó cinco años a enseñar a otros jóvenes dándoles clases en el seminario de Tafira, en Gran Canaria. Después comenzó su peregrinar como sacerdote en la parroquia Ntra. Sra. del Carmen en la Isleta-Gran Canaria, Ntra. Sra. del Rosario, en Puerto del Rosario, Fuerteventura, San Gregorio en Telde, Gran Canaria y San Ginés, en Arrecife. Aquí estuvo 11 años y en la actualidad se encuentra ejerciendo su misión sacerdotal en la parroquia de Santiago de Gáldar, en Gran Canaria.

Durante los 11 años que Don Agustín compartió con nosotros en la parroquia de San Ginés se entregó en cuerpo y alma para llevar el timón siempre con buen rumbo para hacer de nosotros hombres y mujeres de bien. Durante estos años fue para mí un referente de que no por saber más se es mejor si luego no lo compartes con los demás.

También me enseñó a dar gracias por el amanecer de cada día y no dar gracias por las cosas superfluas, que en algunos momentos si no sabemos controlarnos nos llevan a ser egoístas y a creernos los mejores. En los 11 años que Don Agustín llevó la Parroquia de San Ginés fue particípe de mis bodas de Plata.

Consuelo y yo nos casamos un 23 de diciembre del año 1.973 y bendijo nuestro matrimonio Don Diego Monzón. 25 años después volvimos a renovar nuestro compromiso matrimonial un 23 de diciembre de 1.998. En esta ocasión fue Don Agustín Monroy quien nos bendijo en nuestras "Bodas de Plata".

Fue muy bonito y sencillo. Participamos de la Santa Misa junto con nuestros hijos y Don Agustín nos dijo unas palabras muy bonitas que todavía están muy vivas entre nosotros. Por esto y por tantos momentos, hoy he querido ser testigo y estar junto a Don Agustín Monroy en un día muy especial para él, en el que quiso hacernos partícipes a todos los que nos dimos cita en la iglesia de San Ginés.

Desde esta sección sólo me queda felicitar a un "Hombre Bueno". A Don Agustín Monroy Rodríguez le doy las gracias por todo lo bueno que me enseñó y, sobre todo, por compartir los dones que el Señor Jesús a puesto en mí, poniéndolos al servicio de los demás. Este compromiso lo sigo cumpliendo y cada día me hace más feliz".

LO MAS LEÍDO