SU FAMILIA PIDE 13 AÑOS DE PRISIÓN PARA EL EMPRESARIO Y LA FISCALÍA 4

El hermano de Lleó, en el juicio: Confiaba en este señor y lamentablemente pagamos las consecuencias

Jaime y Aday Lleó, que ejercen la acusación particular, han declarado como testigos, relatando cómo detectaron el presunto expolio de las empresas familiares que compartían

21 de julio de 2017 (00:51 CET)
El hermano de Lleó, en el juicio: Confiaba en este señor y lamentablemente pagamos las consecuencias
El hermano de Lleó, en el juicio: Confiaba en este señor y lamentablemente pagamos las consecuencias

FOTOS: Sergio Betancort

 

“Había una confianza”. Ésa es la expresión que más han repetido el hermano y el sobrino de Luis Lleó, Jaime y Aday Lleó, durante el nuevo juicio al que el abogado y empresario se ha enfrentado este jueves, acusado de expoliar dos empresas familiares. “Lamentablemente, estamos pagando las consecuencias”, ha señalado Jaime Lleó, que ha declarado como testigo durante la vista. Así ha explicado por qué dejaron el manejo de las cuentas en manos de su hermano, sin detectar que estaba transfiriendo fondos de las empresas que compartían a sus sociedades particulares.

“Fui consciente de que algo pasaba cuando estaba ingresado en el hospital y no recibí la nómina”, ha relatado por su parte Aday Lleó. Ahí, en agosto de 2007 y estando de baja por motivos de salud, empezó a “sospechar” que su tío “estaba haciendo algo malo con la contabilidad”. Después, vieron un apunte contable que hizo saltar la “alarma”. “Una sociedad que llevaba 13 años en números positivos, de pronto tenía un apunte negativo de 974.724 euros”, ha explicado el sobrino de Luis Lleó. Y quien reclamaba esa cantidad era su propio tío y socio en Consultores y Asesores Legales Lleó SL.

Luis Lleó sostiene que reclamaba esa cuantía por los trabajos realizados como abogado en la empresa, dedicada a la asesoría legal. Sin embargo, tanto su tío como su sobrino aseguran que él “no trabajaba” en la sociedad, que “no prestaba servicios jurídicos” y que en esa época ni siquiera ejercía ya como abogado. “Empezó con su boom de empresas inmobiliarias”, ha señalado Aday Lleó, que ha declarado que era él quien ejercía de abogado, mientras que su padre –que figuraba como administrador pero no como socio- prestaba servicios externos.

 

“Se prestaba servicios jurídicos a sí mismo”


“En todo caso él se prestaba servicios jurídicos a sí mismo”, ha declarado por su parte Jaime Lleó. Y es que tanto él como su hijo han sostenido que en los últimos años, la empresa de consultoría terminó trabajando casi en exclusiva para otras sociedades personales de Luis Lleó. “El 80 por ciento eran asuntos suyos, un disparate”, ha afirmado Aday, que ha insistido en que su tío “no trabajaba” sino que, al contrario, “era como un cliente especial”. Por eso, concluye que el apunte contable por el que reclamaba casi un millón de euros es “falso”. De hecho, ha añadido que Luis Lleó ni siquiera pagaba por los servicios que se realizaban para sus empresas. “No pagó ni el 10 por ciento del trabajo que se realizó para él”, ha declarado.

Lo que sí hacía Luis Lleó, según la acusación, es llevar la contabilidad de las dos sociedades que compartían, Lleó Inmuebles SL y Consultores y Asesores Legales Lleó SL. . “Yo no miraba nunca las cuentas” y “yo no sabía nada de contabilidad” es lo que han declarado su hermano y su sobrino para explicar por qué dejaron en sus manos el control económico de la empresa. “Era como mi hermano. Nos llevamos tres años y nos criamos en la misma casa”, ha declarado su sobrino, que ha relatado que no vio los movimientos bancarios “hasta que hubo un enfrentamiento entre este señor y yo”.

Fue ahí cuando detectaron los traspasos de fondos que había hecho Luis Lleó, y también las operaciones bancarias que sirvieron para dar liquidez a sus empresas particulares, generando importantes gastos a las sociedades familiares. “Fue un invento que nos cogió de sorpresa a todos”, ha señalado Jaime Lleó, cuando el fiscal le ha preguntado si sabía que esas operaciones eran para que tuvieran liquidez las empresas del acusado. “No, me enteré después. Si lo hubiera sabido no lo hubiera consentido, y prueba de ello es que estamos hoy aquí”, ha respondido.

 

“La imagen que me daba era de abundancia”


Por su parte, su sobrino ha planteado que si Luis Lleó, “cuando aún había buena relación”, le hubiera dicho que tenía “problemas económicos” y que necesitaba financiación, hubiera hablado con su padre para intentar llegar a algún acuerdo. Sin embargo, tanto él como su padre desconocían la situación de Lleó, y también la de las empresas en las que eran socios.

“Nunca se me comentó nada de problemas económicos. La imagen que me daba era de abundancia, de desbordamiento, de mucha alegría”, ha testificado su hermano, que ha asegurado que ni conocían ni habían autorizado el “trasiego de dinero” de las empresas comunes a las empresas particulares que tenía cada socio. A esto ha añadido que su hermano les ocultó la documentación, incluso cuando se la requirieron notarialmente tras conocer lo que estaba ocurriendo. “Se llevó todo del despacho. Todo estaba en poder de él”, ha asegurado.

Además, Aday Lleó ha hecho referencia a los problemas añadidos que les generó esta situación, como “una sanción de Hacienda, porque no se dotó a la RIC en plazo”. De hecho, ha explicado que en este juicio reclama que su tío devuelva las cantidades de las que presuntamente se apropió, “entre otras cosas”, para poder pagar esa sanción. “Hacienda está ahí. Hacienda no se ha olvidado. Está en suspenso hasta que esto se resuelva”, ha subrayado.

 

El fiscal incluye un delito alternativo de apropiación indebida


Durante la primera jornada del juicio, que continuará este viernes ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial, el fiscal ha modificado su escrito de calificación, en el que pedía inicialmente una condena de 4 años de cárcel por un delito de administración desleal.  Así, como calificación “alternativa” ha planteado un posible delito de apropiación indebida, aunque en caso de que la condena fuera por este delito pide la misma pena de 4 años de prisión. Lo que sí ha aumentado es la responsabilidad civil que reclama para el acusado, elevando de unos 70.000 a más de 172.000 euros la cantidad con la que debería indemnizar a su familia, al considerar acreditada otra transferencia –que no había incluido en su escrito de acusación provisional- de más de 100.000 euros de una empresa familiar a otra sociedad a su nombre.

Por su parte, las acusaciones particulares representadas por el hermano y el tío de Luis Lleó reclamaban en su escrito de acusación 13 años de cárcel, una indemnización de 146.791 euros -que también han elevado durante la vista-, y 72.000 euros más en concepto de multa, por los delitos de apropiación indebida, administración fraudulenta, falsedad en documento societario, intento de estafa y obstaculización al ejercicio del derecho de los socios. 

En cuanto al abogado de Luis Lleó, que es el hijo de Felipe Fernández Camero, ha pedido al inicio del juicio que Jaime Lleó fuera expulsado como acusación, al entender que no estaba legitimado para ser parte en el procedimiento. Al respecto, ha sostenido que la ley no permite que un hermano pueda ejercer acciones penales contra otro, salvo que sea directamente perjudicado por el delito. Y en este caso sostiene que no lo es, porque a diferencia de lo que ocurre con Aday Lleo, Jaime no era socio de la empresa. A esto, la acusación ha respondido que sí era administrador y por tanto perjudicado. 

 

Doble papel de abogados y testigos


Tras retirarse a deliberar, el presidente de la Sala ha preguntado a la defensa si habían planteado esta cuestión en algún momento previo durante la instrucción de la causa, a lo que la respuesta ha sido negativa. Así, el magistrado ha decidido seguir adelante con la vista, dejando ésta y otras cuestiones previas -incluyendo la supuesta vulneración de derechos alegada por Lleó-pendientes de ser resueltas en la sentencia. No obstante, aunque se dejara fuera del procedimiento a Jaime Lleó no tendría consecuencias prácticas, ya que hay dos acusaciones particulares, el hermano y el sobrino, que ejercen las mismas acciones.

El hecho de que el acusado y los denunciantes sean abogados ha enrarecido el desarrollo de la sesión. En el caso de Luis Lleó, aunque no ha intervenido como letrado, se ha sentado con toga junto a su abogado. En cuanto a Jaime y Aday Lleó, sí han ejercido personalmente como abogados de la acusación, lo que ha obligado a improvisar al magistrado. Y es que ambos debían declarar también como testigos, y un testigo no puede estar presente en la vista antes de declarar. Así, el presidente ha hecho que uno de ellos abandonara la sala mientras declaraba el otro. Además, a cada uno le ha permitido hacerse “preguntas” a sí mismo, por su doble condición de abogados de la acusación. “A problemas imaginativos, soluciones imaginativas”, ha señalado el magistrado.

El otro incidente que ha marcado el inicio del juicio, al que ha asistido como público una de las hijas del empresario Juan Francisco Rosa, ha estado en un nuevo fallo en el sistema de grabación de los Juzgados. Esto ha retrasado durante más de una hora el inicio de la vista, hasta que finalmente se ha decidido cambiar de sala para poder celebrar el juicio.

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