EL ACUSADO SE DEFIENDE DURANTE SU JUICIO, CELEBRADO EN ARRECIFE

"No le bajé los pantalones, ni le agarré por la fuerza. No sé por qué dice que le agredí sexualmente"

El acusado de un presunto delito contra una joven con discapacidad psíquica en Costa Teguise se defiende durante el juicio, mientras que la madre de la víctima relata cómo su hija llegó llorando y vomitando a casa?

10 de junio de 2014 (21:04 CET)
No le bajé los pantalones, ni le agarré por la fuerza. No sé por qué dice que le agredí sexualmente
No le bajé los pantalones, ni le agarré por la fuerza. No sé por qué dice que le agredí sexualmente

"No le agarré por la fuerza en ningún momento. No le bajé los pantalones, no es cierto. No sé por qué dice que le agredí sexualmente. Tampoco doy explicación a los restos biológicos en sus bragas". Con estas declaraciones se ha defendido el acusado de un presunto delito de agresión sexual a una joven con una discapacidad psíquica del 65 por ciento, en unos hechos que supuestamente ocurrieron el Día de Reyes de 2012 en Costa Teguise.

La Audiencia Provincial ha juzgado este martes en Arrecife a esta persona, de 37 años, que no cuenta con antecedentes penales. Mientras que la Fiscalía ha pedido ocho años de prisión para el acusado, su defensa ha solicitado la libre absolución.

A.B.C. ha explicado ante el tribunal que el 6 de enero de 2012 perdió a su perro y fue a buscarlo a la calle. Se encontró con su supuesta víctima, vecina de la zona, que le pidió agua tanto para ella como para su mascota. Un tiempo después, su mujer le llamó y le dijo que el perro había aparecido en casa, por lo que volvió al domicilio, según su relato, en el que ha admitido que sabía que su vecina sufría una discapacidad.

Así, el acusado ha asegurado que en ningún momento le agarró por la fuerza a la joven para llevarla hasta un palmeral cercano, ni le bajó los pantalones, ni le agredió sexualmente, tal y como sostiene la Fiscalía. El Ministerio Público cree que cuando A.B.C. se encontró con la supuesta víctima en las inmediaciones de los domicilios de ambos, "con el propósito de engañarla", le preguntó si había visto a su perro.

De esta manera, consiguió llevarla hasta un palmeral cercano y allí, "con ánimo de satisfacer su deseo sexual", le agarró "de las manos y del pecho derecho con gran fuerza, bajándole los pantalones y su ropa interior, procediendo el acusado a hacer lo mismo, realizándole diversos tocamientos en sus zonas íntimas, sin llegar a penetrarla", según la Fiscalía.

El acusado, natural de Fuerteventura, ha negado estos hechos y su abogado incluso ha dejado entrever que podría existir un acuerdo entre su ex mujer y la madre de la víctima para perjudicarle. "Tenían una amistad mi ex mujer y la madre de ella", ha relatado el presunto agresor, que ha asegurado que en ese momento ya no tenía una buena relación con su pareja. Ella ya había presentado una denuncia por violencia de género. "Me detuvieron, pero se archivó", ha explicado.

La madre de la supuesta víctima, que presentó la denuncia, ha negado que tuviera relación con esta familia o con la mujer del acusado. En este sentido, ha señalado que le parece "fuerte" que se le trate de vincular con ella. "Jamás me he tomado un café con ella. Una vez le dije que era una sinvergüenza", ha insistido, al tiempo que ha querido dejar claro que ella "ha visto sufrir" a su hija "por esto".

 

"Le llevó a un palmeral y le empezó a tocar"


Durante el juicio, en el que no ha declarado la víctima, su madre ha explicado que la joven llegó un día llorando y vomitando a casa, porque "un amigo quería meterle el pene allí". "Yo me puse muy nerviosa, dejé al otro hermano en casa y la llevé a la Guardia Civil", ha explicado.

La joven contó a su madre que el acusado "le bajó las braguitas, le metió la lengua en la boca y le dijo que se callara". "Me dijo que sabía quién era. El día que le vio, se meó en el coche. Ella me comentó que él había perdido al perro y que le ayudó a buscarlo, pero le llevó hacia un palmeral, donde le desabrochó el pantalón y le empezó a tocar. Le introdujo un poco el pene", ha explicado esta madre.

Según su relato, la joven, que ahora tiene 20 años, tiene dificultades para expresarse y es infantil. "Si le dices ‘quédate allí’, se queda. Si le dices que hay una hadita, se lo cree", ha explicado. Tras los hechos, la joven ya no quiere salir sola, no quiere pasear a su perro, no puede ver películas con escenas agresivas, ni deja que nadie le toque cerca de esa zona, ni para depilarse, ni duerme bien. Incluso, estuvo casi seis meses orinándose en el suelo. "Es tranquila, aunque ahora ya no tanto, ahora se altera y se enfada", ha indicado.

 

"No quiero dinero sucio"


"Mi hija no se inventa cosas, pero se lo cree todo. Mentiras jamás cuenta. Me cuenta todo, porque no tiene picardía", ha insistido. Durante la vista oral, esta madre incluso ha rechazado la indemnización que podría solicitar por estos hechos. "Quiero que a mi hija le dejen en paz, que se termine esto ya. El tiene hijos, que mantenga a sus hijos. No quiero dinero sucio, dinero así. Si me toca la lotería sí, pero nada más", ha explicado esta madre, que en una ocasión y tras la supuesta agresión sexual volvió a presentar una denuncia contra el acusado, por incumplimiento de la orden de alejamiento.

La voz de la joven, de la supuesta víctima, también se ha escuchado durante el juicio, a través de una grabación que le realizaron cuando prestó declaración. Aunque la afectada tiene serias dificultades para expresarse, llegó a contar que el acusado "le agarró de la mano y le metió su colita dentro".

 

"Estaba muy tensa, nerviosa y aterrorizada"


En el juicio, también ha declarado como testigo el médico que atendió a la joven y que pudo comprobar a simple vista que tenía "una discapacidad psíquica importante". "La conversación era casi imposible, no entendía lo que me explicaba. Ella no colaboró en la exploración, fue muy difícil hacerla, porque estaba atemorizada, en estado de shock", ha explicado.

Incluso, cuando el médico intentó acercarse a ella "saltaba", se echaba hacia atrás. "Estaba muy tensa, muy nerviosa, aterrorizada", ha señalado, aunque finalmente consiguió realizarle una exploración, en la que vio una mancha "sospechosa" en sus bragas y "una gran irritación del introito vaginal". "Me impresionó verle extremadamente temerosa, no me permitió el diálogo con ella, siempre era a través de la madre", ha indicado en el juicio, celebrado este martes en Arrecife. 

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