FOTOS: Sergio Betancort
El barco Arctic Sunrise de Greenpeace ya ha zarpado del puerto de Arrecife y se dirige ahora a Valencia, aunque la organización asegura que no abandonará a las islas en su lucha contra las prospecciones petrolíferas. Durante días, y especialmente tras el incidente con la Armada, Greenpeace ha multiplicado la repercusión nacional e internacional de las protestas contra los sondeos de Repsol, y muchos lanzaroteños se han volcado en los últimos días con la ONG para agradecerle su labor.
En su despedida, que se ha producido a las 17 horas de este miércoles, algunos ciudadanos se han acercado también hasta el puerto, donde se han unido para formar un mensaje: "Gracias. Buen viaje". En cualquier caso, el momento más intenso se vivió hace dos fines de semana, tras la embestida por parte de dos lanchas de la Armada en la zona cercana a las prospecciones, que terminó con una activista herida. En esa jornada, cientos de personas esperaron al barco a su regreso al puerto y recibieron como héroes a los miembros de Greenpeace.
Además, durante los días siguientes, muchos se han acercado hasta allí incluso con regalos. "Hemos tenido gente que nos traía tartas hechas a mano, hemos tenido unas meriendas muy buenas. Hay gente que apareció con una docena de huevos. Te das cuenta que el cariño se muestra y la cultura popular permanece y cada uno da de lo que puede", explicaba este miércoles en Radio Lanzarote - Onda Cero uno de los portavoces de Greenpace, Miguel Ángel Soto.
Para poder zarpar, la asociación ha tenido que pagar una fianza de 50.000 euros al Ministerio de Fomento, que ha abierto un expediente sancionador al capitán e impedía mover el barco si no depositaban esta cantidad. "Entendimos que lo que el Ministerio quería era tenernos aquí para mostrar a la sociedad canaria las consecuencias de acercarse a la zona de exclusión marítima y decidimos que para eso no vamos a estar", afirmaba Soto, al explicar por qué decidieron finalmente abonar la fianza.
