Cómo cuidar los cartílagos de tus articulaciones

Las articulaciones son fundamentales para la movilidad del individuo y con el paso del tiempo tienden a deteriorarse

16 de marzo de 2017 (11:39 CET)
Cómo cuidar los cartílagos de tus articulaciones
Cómo cuidar los cartílagos de tus articulaciones

Esenciales para el movimiento. Así podrían definirse las articulaciones (uniones de los huesos entre sí) que forman parte del cuerpo humano. Tal es su importancia que, cuando fallan, la persona lo nota considerablemente. El buen funcionamiento de las mismas resulta indispensable para aseverar dicha movilidad sin ningún tipo de limitación o dolor. Sin embargo, su funcionalidad se altera negativamente con el paso del tiempo, que incide en el desgaste de estas, provocando una serie de dolores articulares que se manifestarán tarde o temprano.

Se trata de una serie de dolencias que pueden darse tanto en las personas mayores, colectivo en el que se reproducen con mayor asiduidad, como en los jóvenes, puesto que la práctica diaria de ejercicio físico y deportivo, siempre y cuando se lleve a cabo intensamente, contribuye, igualmente, a un desgaste significativo. Con el claro objetivo de tratar de paliar dichos síntomas, se insertaron en el mercado farmacéutico los productos de Epapuls, marca de complementos alimenticios que focaliza su labor en el cuidado y control de la salud sexual, los suplementos vitamínicos y, por supuesto, las articulaciones. Por ello, es recomendable tomar medidas tras la aparición de los primeros síntomas.

Si llega a darse la situación en la que la persona padece algún dolor o siente crujir alguna de sus articulaciones, lo conveniente, sin lugar a dudas, es consultar a un médico, que, en caso de verlo oportuno, recomendará asistir a un traumatólogo o reumatólogo. En este sentido, uno de los casos en los que puede ser necesario asistir a un médico es cuando se sufre de un desgaste cartilaginoso, ya que se trata de una patología muy relacionada con la artritis. Ésta se desarrolla de forma paulatina y se manifiesta, generalmente, posteriormente a la primera etapa de evolución. El problema que se genera reside en que el cartílago existente entre una articulación y otra alcanza un cierto deterioro que, a su vez, origina una hinchazón que dificulta el buen uso de la articulación afectada. Muñecas, rodillas, hombros, cosos y tobillos son las partes del cuerpo que más posibilidades tienen de presentar daños en los cartílagos.

Otro de los factores que puede influir seriamente en este tipo de dolencia es el sobrepeso, que convierte en un mal aliado por completo. Atendiendo a este punto, lo más recomendable es tratar de no engordar y, por consiguiente, eliminar esos kilos de más, puesto que facilitan a que las articulaciones se sobrecarguen e incrementen el desgaste aludido. Un buen aliado, por el contrario, es el ejercicio físico, que permite a la persona fortalecer su musculatura, salvaguardando y protegiendo, de este modo, las propias articulaciones. Eso sí, la práctica del mismo debe realizarse de forma moderada (tal y como viene indicado con anterioridad), siempre habiendo calentado previamente.

Igualmente, conviene destacar el descanso como ayuda. Por tanto, dormir en una adecuada postura se antoja fundamental. Al mismo tiempo, una buena alimentación también evita problemas de este tipo. Determinados alimentos como aceites de semillas vegetales, verduras como el perejil, las acelgas, los espárragos, el apio o el brócoli, así como los lácteos desnatados y el pescado azul aportan beneficios. Por su parte, el consumo de agua, concretamente dos litros al día, también es indispensable para hidratar los cartílagos de las articulaciones.

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