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"Tuve a una de las crías en mis brazos y me miraba como diciendo: Sé que me estás ayudando"

Una de las personas que impidió el varamiento de unos 20 cetáceos ha relatado a La Voz lo ocurrido. "Mi primer instinto fue llevarlos hacia dentro, se iban a morir", ya que se estaban "lastimando con las rocas", explica... Vea el vídeo del inicio del rescate de los cetáceos

Tuve a una de las crías en mis brazos y me miraba como diciendo: Sé que me estás ayudando

Vídeo cedido por el centro de buceo Rubicón Diving, una de cuyas instructoras participó en el rescate. 

 

Cuando uno de sus clientes le preguntó este jueves a Natasha Maksymenko si es usual ver delfines en las playas de Lanzarote, esta instructora de buceo pensó que el turista le estaba "haciendo un chiste". Pero nada más lejos de la realidad. Al enseñarle las imágenes y ver a cerca de 20 calderones tropicales que habían aparecido en Las Coloradas, no se lo pensó y salió "corriendo" hacia la playa. Ella fue una de las decenas de personas que, haciendo una cadena humana en el agua, lograron evitar que estos animales quedaran varados en la playa.

Cuando Natasha llegó allí iba filmando con su móvil y, al ver a los animales que "se acercaban más", dejó el teléfono "tirado en la arena" y comenzó a "gritar a todo el mundo". "¡Métanse, métanse a empujar!", les exclamaba. "El primer instinto que tuve fue cogerlos y llevarlos hacia dentro, se iban a morir", explica. Y es que, además, los animales se estaban "lastimando" con las piedras que tiene la orilla de Las Coloradas. "Algunos ya estaban sangrando".

Así, Natasha y su compañero Freddy se pusieron manos a la obra y otros bañistas fueron sumándose a ellos. "Al principio la gente tenía miedo, porque supongo que no es algo que vean todos los días", relata. Pero al ver a los dos buceadores en el agua "la gente se animó" y terminaron siendo muchos los que ayudaron en el rescate de estos cetáceos. Otros, absortos, grababan la escena con sus móviles desde la orilla.

Para devolverlos mar adentro, dadas sus grandes dimensiones, tenían que empujar a cada animal entre tres personas. "Tratábamos de poner la mano por debajo de la panza del animal y empujar para dentro. Tratábamos de no cogerles de las aletas porque se dice que no es bueno, pero bueno, entre que se muera o empujarlo por una aleta, es preferible hacerle daño en la aleta. Al final terminábamos empujando desde donde podíamos", explica Natasha.

 

"Algo los estaba asustando"


Esta buceadora y fotógrafa submarina, que regenta el centro Rubicón Diving junto a su marido, vio entre ellos algunas crías, e incluso pudo coger a una para devolverla mar adentro. "Me miró con unos ojos… Sentí esa sensación cuando tienes el ‘feedback’ de un animal. Me miraba como diciendo: ‘Sé que me estás ayudando, pero tengo un miedo que me muero’. Por suerte, pude meterlo hacia dentro".

Natasha cree que algo estaba "asustando" a los animales, porque si algo le llamó la "atención" es que, a pesar de que los bañistas trataban de que llevarlos hacia la parte más profunda, "querían volver a salir a la costa". Según explica, muy cerca de ellos había una embarcación de buceo, que tiene la "impresión" de que, al acercarse cuando vieron a los calderones a lo lejos, "sin querer los acorralaron". Además, había "demasiada gente en la bahía, después había gente nadando, unos catamaranes con un montón de música, dos jet skis…había mucho jaleo". Por eso, esta buceadora cree que fue el "miedo de todo el ruido que había en superficie" lo que empujaba a los animales a intentar volver a la orilla. 

Ante esto, los bañistas empezaron a nadar con los animales, "tratando de llevarlos para dentro" y estuvieron "asustándolos, salpicándolos desde la orilla para que no volvieran a salir". Finalmente, tras unos 15 ó 20 minutos, lograron que los animales pusieran rumbo hacia aguas profundas y los acompañaron un tramo para asegurarse de que no daban media vuelta.

Natasha explica que su vídeo de lo sucedido ya se ha hecho "viral" y muchas personas han comentado en Facebook lo ocurrido. En este sentido, ha lamentado también que han recibido críticas por haber intervenido antes de que llegara la Guardia Civil. "Decían que no deberíamos haberlos tocado, que teníamos que haber esperado, que los niños los estaban tocando, que la gente no sabe ni cómo agarrarlos", explica la buceadora, que cree que estos comentarios son "una estupidez". "Entre que se muera y agarrarlo mal y meterlo para dentro aunque se haga un corte…"

Esta buceadora, que se ha mostrado muy satisfecha porque "por suerte" fueron "muchos" los bañistas que se lanzaron a ayudar, ha señalado que, a pesar de su dilatada experiencia en el mar, "nunca" había visto animales como estos "tan cerca" de la costa. "No es normal que te pase esto y espero que no me pase de nuevo porque, en verdad, es algo negativo. Había que hacer todo lo posible para ponerlas para dentro".