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"Resolviendo los problemas de movilidad se soluciona la mayor parte de los problemas de un territorio"

El director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona ofreció el pasado jueves una conferencia en la Fundación César Manrique sobre la movilidad y el espacio público

"Resolviendo los problemas de movilidad se soluciona la mayor parte de los problemas de un territorio"

"Resolviendo los problemas de movilidad se soluciona la mayor parte de los problemas de un territorio", aseguró Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, en la conferencia que ofreció el pasado jueves, 22 de junio, en la Fundación César Manrique. En el coloquio, titulado "La transformación de la movilidad y el espacio público de las ciudades, basado en las supermanzanas", señaló que el cambio de hábitos "genera resistencias increíbles" pero que "ganarán aquellos que estén a favor de moverse con medios alternativos al coche".

Salvador Rueda, que trabaja en cincuenta ciudades en todo el mundo (Nueva York, Quito, Moscú Buenos Aires o Madrid, entre otras), apuntó que "hay que educar" a la población y que, aunque los opositores a estas medidas "chillan mucho", "no son nunca más del tres por ciento".

Salvador Rueda es conocido por ser impulsor de las supermanzanas. Éstas son células urbanas de unos 400 metros por 400 metros, en cuyo interior se reduce al mínimo el aparcamiento de vehículos en superficie y el del tráfico motorizado (residentes, servicios, emergencias, carga y descarga). Además, la velocidad a pie se iguala a la velocidad en coche y el tráfico circula por las vías perimetrales.

 

"Imaginen las carreteras de Lanzarote acondicionadas para esta bici"


Rueda habló del Plan Cerdà, del ingeniero Ildefonso Cerdà, creador del Ensanche de Barcelona y precursor de las supermanzanas en el Siglo XIX. "Cada modo de locomoción genera una forma de urbanización", recordó el ponente rememorandoa Cerdá, "y ahora sufrimos de la enfermedad del transporte. Actualmente, nos hemos empeñado en que los coches vayan por todos los tramos de todas las calles, y las velocidades son ridículas. Es absurdo e ineficiente y tiene consecuencias negativas para los ciudadanos".



"Que los coches vayan por todas las calles da como resultado que uno de los pocos derechos ejercidos en la ciudad sea el del desplazamiento; y es la guardia urbana la que garantiza ese derecho", apuntó Salvador Rueda. "Ellos gestionan la ciudad, y nuestra máxima aspiración es la de ser peatones, aunque ‘peatón’ también es un modo de transporte… y no es la de ser un ciudadano". "Hemos rebajado nuestras aspiraciones, nos han ganado la partida y nos han sorbido el seso", señaló.

Rueda llegó a la idea de supermanzana en 1987, cuando dirigía los servicios técnicos del Ayuntamiento de Barcelona. "Entonces me dijeron que estaba sonado y hoy, está aprobado el proyecto", señaló, a la vez que explicó que, "en las calles con vehículos, el ruido siempre está por encima de 65 decibelios, lo que impide entender una conversación a un metro de distancia. Y lo único que me preguntaban era si se iba a colapsar el tráfico". Afirmó también que reduciendo sólo un 13% de los vehículos, se libera un 70% más de espacio público".

Además, mejoran las condiciones ambientales en toda la ciudad y es una solución equitativa, y se garantizan otros derechos: "Ahora es imposible que un niño juegue en la calle si los coches van a más de 20 kilómetros por hora; y que un niño no tenga independencia en la ciudad es un fracaso", aseguró Rueda, destacando que "sería el proyecto de reciclaje más importante del mundo, sin tirar una sola casa". Rueda considera que el vehículo del futuro para la ciudad es la bici eléctrica, ya que "no contamina, no hace ruido y es competitiva con el coche a distancias de hasta once kilómetros". "Imaginen las carreteras de Lanzarote acondicionadas para esta bici", dijo.

 

"Las supermanzanas reducen la contaminación atmosférica y el ruido"


A su juicio, lo que define la ciudad son dos elementos: la existencia de espacio público, "que no es lo mismo que espacio urbanizado, porque en el espacio público se hacen efectivos los usos y derechos de los ciudadanos", y, por otro lado, la reunión de personas jurídicas, que "atesoran conocimientos, en un espacio limitado y trabajando conjuntamente". Frente a esto se encuentra ‘el suburbio’, que es el "desierto urbano". La parte "más radical del proyecto de supermanzanas es cambiar el concepto y pasar de peatones a ciudadanos", afirmó Rueda, subrayandoque "la supermanzana está hecha para que la gente se desarrolle y crezca en el lugar donde vive, sin miedo a ocupar el espacio público".

Por último, señaló las consecuencias del modelo actual: "en Barcelona, cada año mueren 3.500 personas por la contaminación atmosférica, hay 54.000 ataques graves de asma y muchos otros problemas que relacionan los trastornos de salud con la polución". "Las supermanzanas reducen de forma muy importante la contaminación atmosférica y el ruido", afirmó durante la conferencia en la Fundación César Manrique.

"El Born fue la primera supermanzana", aseguró, destacando que era "una zona marginal y ahora casi se ha convertido en un exitoso parque temático; nos hemos pasado porque no tenemos mecanismos para competir con la inversión privada y combatir la gentrificación… y porque no se ha hecho lo mismo, simultáneamente, con otras zonas de la ciudad". "Si alguien tiene una fórmula mejor para resolver todos los aspectos, de agua, energía, derecho al ocio, sanidad y movilidad, que la explique porque tendremos que publicitarla", finalizó.