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"Mi día a día es el dolor y hay una lista de espera de 4 años para operarme"

Francisca Escobedo es el rostro de la desesperación que producen las listas de espera quirúrgicas. Convive con ingresos hospitalarios, fuertes medicaciones y hasta parches de morfina para calmar el dolor...

Mi día a día es el dolor y hay una lista de espera de 4 años para operarme"

"Ante la desesperación, llamé personalmente al hospital y me dijeron que hay unas listas de espera de 4 años". La que habla es Francisca Escobedo, una granadina que lleva más de 20 años afincada en Lanzarote y a la que todos llaman Paqui. Paqui padece desde hace más de diez años problemas de hernias discales, y desde febrero de 2014 figura en la lista de espera de la Unidad de Raquis del Hospital Universitario Doctor Negrín para ser intervenida de la columna. Esa operación, sin embargo, parece no llegar nunca y, como ella misma cuenta, podría tener que esperar hasta 4 años para que se produzca.

La suya es la historia de un peregrinaje por los servicios de urgencias; una lucha diaria contra el dolor, que la ha llevado a ingresar en el hospital en más de 5 ocasiones en 2014. En total, Francisca pasó más de 3 meses en el hospital el año pasado. Mientras espera que la intervengan, lidia cotidianamente con su sufrimiento. "Mi día a día es el dolor, intento llevarlo con medicación, tengo que tomar todo lo habido y por haber", cuenta. 

Sus problemas de hernias la llevaron por primera vez al quirófano en 2005. Después de aquella primera operación, a pesar de que desde entonces no ha podido volver a trabajar y le fue otorgada la invalidez, su situación mejoró. "Tenía mis crisis, mis días malos, pero iba tirando", explica.

Sin embargo, desde hace aproximadamente un año y medio, su estado se ha ido agravando progresivamente. Sus molestias fueron subiendo escalones rápidamente, hasta convertirla en una habitual de la Unidad del Dolor del Hospital Molina Orosa, y obligarla a llevar a diario parches de morfina que le calmen el dolor. 

Paqui pasó la Nochevieja de 2013 en el hospital, "con unos dolores fortísimos", y estuvo ingresada allí casi dos meses. "Entonces me desplazaron al Negrín. La ambulancia me llevó al aeropuerto y luego, en camilla, me trasladaron en avión. Me vio el equipo de Raquis del Negrín y me dijeron que estaba para operarme y que tenía que ponerme en lista", cuenta. 

 

"Me dijeron que las listas eran extensas, pero no me dijeron cuánto"


Tras ese traslado al hospital de Las Palmas de Gran Canaria, el 26 de febrero de 2014, firmó su autorización para entrar en las listas de espera. Desde ese momento, su angustia no ha hecho más que aumentar. "Me dijeron que las listas eran bastante extensas, pero no me dijeron cuánto", añade.

En julio, todavía sin fecha para su operación, el dolor volvió a hacerse insoportable y Paqui ingresó de nuevo en el Molina Orosa. Lo mismo le sucedió al mes siguiente, parte del cual pasó también en el hospital. "En agosto, después de insistir un día y otro y otro al final le dijeron a mi doctora que para finales de septiembre me llamarían para operarme. Pero pasó septiembre y no me llamaron", expone Paqui.

Después de otros tantos ingresos en el hospital, la historia se repitió en varias ocasiones. "En septiembre volví a ingresar y entonces me dijeron que quizá a finales de octubre me operarían. Pues en octubre, nada. En diciembre también se suponía que me iban a operar, y nada. Y aquí estamos, en enero, y al llamar a la lista de espera me dicen que hay una espera de 4 años", explica Paqui, indignada.

 

Una lista de 400 pacientes


Fuentes de la Unidad de Raquis del hospital grancanario han confirmado lo que Paqui narra. Según estas fuentes, la lista de espera quirúrgica asciende a 3 años, con más de 400 pacientes a la cola para ser intervenidos. Tan sólo para la primera consulta con el especialista, la demora se alarga actualmente hasta los 4 años. 

Para Paqui, que se muestra agradecida por el "trato excelente" que cuenta que le han dado "siempre" los facultativos, "el fallo no es de los médicos, sino de la gestión". Esta paciente cuenta que su doctora "se ha visto atada de pies y manos" ante su situación, "porque ella no podía hacer más". "El problema viene de arriba. Si los de arriba les dicen que tienen que cerrar quirófanos, ¿qué pueden hacer ellos? Tú no puedes cerrar quirófanos a diestro y siniestro", lamenta. 

Desde la Unidad de Raquis del Negrín corroboran esta situación y afirman que durante el pasado año contaban únicamente con un quirófano y en ocasiones dos cada semana, mientras que anteriormente tenían tres quirófanos a su disposición. Esto supone que semanalmente se opere sólo a una tercera parte de los pacientes que se intervenían en años anteriores, con el consecuente engrosamiento de las listas de espera. Debido a lo laboriosas que acostumbran a ser las operaciones de columna, que suelen requerir cinco, seis o siete horas de intervención, apenas se puede operar a un paciente al día. "La situación ha empeorado en todos los sentidos, nunca habíamos tenido una situación como la de ahora", asegura esta fuente del Negrín.

 

"Desesperación"


Por su parte, Paqui cuenta que fue la "desesperación" por su situación la que la impulsó a informarse en primera persona, en lugar de hacerlo a través de su traumatóloga, acerca de las listas de espera. "Es una situación desesperante en cuanto al dolor, porque ya no puedes aguantarlo más. Vas a urgencias y te lo calman para un rato, para unos días, pero otra vez vuelve el dolor. Es vivir con dolor. Mi día a día es el dolor", dice. 

Además, su lucha constante contra ese dolor y el desasosiego que le produce no tener noticias de su operación han terminado por traducirse para Paqui en problemas psicológicos. "Estoy en manos de psicólogos. No saber qué va a pasar conmigo, no saber cuándo me van a operar…Todo eso genera ansiedad y malestar".

Tras múltiples reclamaciones tanto en el arrecifeño hospital Molina Orosa como en el Negrín, y sin saber todavía cuándo la operarán, Paqui se decidió finalmente a contar su caso a este periódico. "Hago este llamamiento por mí, porque voy a denunciar mi caso, pero sobre todo por mucha más gente que está más grave que yo y está en circunstancias lamentables, a la que no le hacen caso".

Mientras contiene su rabia, Paqui cuenta que al contar su caso quiere dirigirse a la Consejería de Sanidad: "Que vayan a los hospitales, que miren cómo están las cosas. Es inhumano que yo lleve un año esperando para que me operen con unos dolores que me van a volver loca".