Gente

El Molina Orosa acoge una sesión de trabajo sobre la atención a enfermos avanzados de Parkinson

Está dirigida a neurólogos de Canarias. Tratará acerca de cómo mejorar la atención y la coordinación de la asistencia a los enfermos de Lanzarote que son derivados a la unidad específica de Gran Canaria. Unas 10.000 personas la padecen en Canarias...

El Molina Orosa acoge una sesión de trabajo sobre la atención a enfermos avanzados de Parkinson

El Hospital Doctor José Molina Orosa ha organizado una sesión de trabajo dirigida a neurólogos de Canarias con el objetivo de mejorar la atención a las personas con enfermedad de Parkinson avanzada. Concretamente, el objetivo de esta sesión es coordinar la asistencia de los pacientes que serán derivados del centro lanzaroteño al hospital Doctor Negrín de Gran Canaria. La actividad se celebrará este viernes, 10 de junio, desde las 16.30 hasta las 20.30 horas.

En el encuentro intervendrán el neurólogo del Molina Orosa Pablo Eguía y el neurólogo y responsable de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, José Andrés Suárez. Pablo Eguía explica que "fundamentalmente se deriva desde el Hospital de Lanzarote al Hospital Doctor Negrín pacientes con enfermedad de Parkinson que están entrando en una fase avanzada, para valorar los tratamientos y técnicas más adecuadas a sus necesidades, y que no están disponibles en el centro".

La Consejería de Sanidad explica que la enfermedad de Parkinson es una patología crónica, progresiva, y heterogénea que afecta a más de 10.000 personas en Canarias, de las cuales el 10% presenta la enfermedad en estado avanzado. En estos estadios, las personas con esta dolencia "requieren un abordaje personalizado y adaptado a sus necesidades por parte de un equipo multidisciplinar especializado en esta patología".

A medida que la enfermedad progresa, tanto los síntomas motores como no motores dejan de responder adecuadamente a los fármacos convencionales (la mayoría de ellos orales), lo que supone un deterioro en la autonomía de las personas con enfermedad de Parkinson para realizar las actividades cotidianas, añaden. Para estas fases avanzadas de la enfermedad, se han desarrollado unas terapias eficaces que suponen una mejoría importante en la calidad de vida de las personas con enfermedad de Parkinson. 

 

Una unidad específica con un equipo multidisciplinar en Gran Canaria


En este sentido, para un buen manejo de los pacientes y una correcta implantación y seguimiento de los tratamientos es necesaria la existencia de unidades específicas, como la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, que está formada por un equipo multidisciplinar de profesionales especializados en la enfermedad de Parkinson, entre los que se encuentra un neurólogo que trabaja en estrecha colaboración con una enfermera y auxiliares de enfermería, el Servicio de Digestivo y otros profesionales como neurocirujanos y psicólogos que determinan la idoneidad del paciente para cada tratamiento.

"Desde finales de los años 90 y hasta el día de hoy, pacientes con una mala situación pueden volver a tener una calidad de vida aceptable en la mayoría de los casos gracias a las terapias avanzadas. Concretamente, en el Hospital Doctor Negrín desarrollamos dos vertientes del tratamiento. Una adecuada individualización y selección de la terapia avanzada es la clave del beneficio para el paciente", afirma el doctor José Andrés Suárez.

Por su parte, el doctor Eguía añade que "este abordaje multidisciplinar e interhospitalario permite a los neurólogos del Hospital Doctor Negrín conocer con suficiente tiempo de antelación a aquellos pacientes que pensamos que podrían requerir estas intervenciones". Además, indica que se establece una forma de trabajar similar con el centro de referencia, lo cual "siempre es beneficioso para los pacientes".

 

La importancia en la identificación de los síntomas no motores


En los primeros años de la enfermedad de Parkinson, los síntomas motores (como temblor, rigidez articular o lentitud de movimientos, el más incapacitante) son los más conocidos tanto por las personas con enfermedad de Parkinson como por sus familiares y cuidadores. Pero esta patología también cursa síntomas no motores (estreñimiento, incontinencia urinaria, alteraciones conductuales y cognitivas, trastornos anímicos, etc.) que no se manifiestan a simple vista, por lo que son más difíciles de evaluar. Además, conforme progresa la enfermedad, estos síntomas suelen aumentar en número y gravedad, interfiriendo en las actividades cotidianas (como hacer la compra o dar un paseo) de las personas con enfermedad de Parkinson, por lo que precisan la ayuda de un cuidador.

"En las fases avanzadas de la enfermedad el paciente está limitado para hacer algunas actividades, no pueden hacerlas cuando quieren o lo necesitan por lo que precisan ayuda. Además, en estos estadios, es decir, en pacientes de más de 8-10 años de evolución, es muy difícil controlar movimientos involuntarios, y se precisan otras estrategias para mejorar su calidad de vida", asegura el doctor Suárez.

En cuanto al tratamiento, para la sintomatología motora se han desarrollado terapias eficaces, al menos para los primeros años de la enfermedad. "Cuando el paciente lleva más de cinco años, se pueden quejar de inestabilidad y de trastornos posturales, así como problemas en la marcha. Estas alteraciones tampoco tienen tratamiento eficaz, y se producen por alteración de estructuras no bien conocidas en la actualidad. Respecto a los síntomas no motores, "algunos se producen desde el inicio de la enfermedad y otros son indicadores de la progresión de la misma, pero, en general, su tratamiento médico convencional es poco "agradecido", y muchas veces condicionan el pronóstico de la enfermedad (como puede ser la demencia, el dolor, las caídas, etc.)", añade el doctor Suárez.

Dado que los síntomas pueden llegar a ser muy incapacitantes, un control adecuado de los mismos mejorará la calidad de vida y la independencia de las personas con enfermedad de Parkinson y sus cuidadores. En este sentido, una buena formación e información, como es el caso del desarrollo de esta jornada, les ayudará a reconocer estos síntomas precozmente.

"Se han desarrollado cuestionarios bien estructurados para facilitar su detección en la consulta con el neurólogo. En general, los síntomas no motores son menos conocidos que los motores y, por tanto, con menos posibilidad de tratamiento que los motores, por lo que debemos de preguntar por ellos: por ejemplo, si tiene dificultad para dormir y cuál es el problema, si la tensión arterial sufre variaciones, si tiene dificultades en la memoria o si ha tenido alucinaciones", concluye el doctor Suárez.