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Claire Robert, pintora: “Esta luz de Lanzarote es mágica y te lleva a la esencia de las cosas”

Claire trabaja en su atelier de La Villa, una casa centenaria en medio de la capital histórica de Lanzarote. En su estudio de pintura se inspira buscando las respuestas interiores, un ejercicio constante de autoconocimiento personal

La artista Claire Robert

Claire Robert, nacida en Metz, reside desde hace cuatro años en la isla, y forma parte de la atmósfera de bohemia que viene desde todas las partes del mundo y que encuentran aquí una fuente de creatividad e inspiración constante, con una luz que les inunda a la hora de crear. 

Claire trabaja en su atelier de La Villa, una casa centenaria en medio de la capital histórica de Lanzarote. En su estudio de pintura se inspira buscando las respuestas interiores, un ejercicio constante de autoconocimiento personal. Entre la alquimia y la meditación se prepara para unos lienzos que no dejan indiferentes a nadie: “Hago arte porque lo necesito, es parte de mi persona y no puedes dejarlo a un lado” responde cuando se le pregunta el porqué. 

La joven pintora ya cuenta con un cierto nombre. Entre este reconocimiento destacan dos reseñas en el New York Times. Estas reseñas forman parte de su currículum, que retrata ese deseo de libertad constante que le lleva a retorcer la proporcionalidad en sus obras. 

La artista está constantemente representada en sus lienzos a través de sus vivencias. De su infancia y su juventud encuentra la danza en el recuerdo, que practicó durante quince años, y lo plasma con pequeñas bailarinas. Figuras blancas vaporosas que van componiendo un escenario al que el espectador se asoma para descubrir un universo interior. “Gran parte de mi tiempo lo viví en salas donde practicaba ballet. Eran lugares cerrados, en donde el arte de bailar te invitaba a trascender, algo parecido a lo que hago ahora en mi taller de pintura”. 

Para Claire el arte no es negociable, “mi pintura expresa momentos, interioridades, y experiencias que perduran en la cabeza. Aunque a veces debes de ir a buscarlas en tu propio ser. Por eso exprimo el interior… yo no hago arte, soy artista” aclara. 

La técnica que utiliza es siempre el óleo, impreso en los tejidos de sus lienzos. Inspirada por un ritual de soledad, con música clásica, por compañera. Claire nos explica que su pintura es emocional y humanista, en la búsqueda constante del sentido de la vida. "El nivel de conciencia tiene de por sí una luz que plasma en sus obras, y que el sol lanzaroteño potencia", señala. Aquí ha encontrado su propia piedra filosofal, tal y como ella misma lo describe: “La isla es un regalo personal que me ha cambiado, esta luz es mágica y te lleva a la esencia de las cosas, es energía pura”. 

Claire ha decidido tomar "el camino más difícil", el de encontrar el mundo que le rodea desde el interior y plasmarlo en su arte. “Antes de ver la luz hay que llegar a la oscuridad para para tomar más consciencia de lo que hago, una conexión interna que después se plasma en el cuadro”. Todo ello sucede este pequeño lugar en medio del atlántico, Lanzarote.