"Voy a ser breve, porque el fiscal ha sido muy breve al introducir a mi cliente". Así inició sus conclusiones el abogado de Sergio Machín, que casi no entró a valorar si las obras de los baños de Los Dolores se ajustaban a la legalidad, y se centró en que su defendido no tenía ninguna competencia sobre ellas.
Durante el juicio, y también en su intervención final, mostró en reiteradas ocasiones las actas del Cabildo que confirman que la Oficina Técnica no dependía de la Consejería de Obras Públicas que estaba a cargo de Machín, sino de la de Política Territorial, que estaba en manos del presidente Dimas Martín. Además, esas actas también reflejan que el área de Vías, Obras y Parque Móvil del Cabildo, también dependían de otro consejero.
Según su abogado, no se ha acreditado que Sergio Machín decidiera la ubicación de los baños ni interviniera en la realización de la obra, por lo que no considera justificado el delito que se le imputa de daños contra el patrimonio. Al respecto, llegó a afirmar que en el banquillo de los acusados "parece que falta alguien", y se refirió directamente a la persona que se encargó de realizar las obras.
Respecto al delito de prevaricación que se imputa a Machín, como presunto "colaborador necesario", el letrado insistió en que la única vinculación de Sergio Machín es que encargó al jefe de la Oficina Técnica, el también imputado José Manuel Fiestas, la realización de la memoria avalada de las obras de los baños.
Sin embargo, el propio Fiestas señaló en su declaración que Machín se lo pidió por encargo de Dimas, porque Sergio Machín no tenía competencias en la materia. "Ni siquiera creo que mi cliente sepa qué es una memoria avalada", afirmó su abogado. "Las cosas se han hecho de manera muy chapucera y ahora se busca un cabeza de turco en mi patrocinado".